Para un presidente obsesionado con deportar a los 'bad hombres' de Estados Unidos, la pandilla latina MS-13, que asesina a machetazos y golpes de bates de béisbol, es el blanco perfecto.
El gobierno de Donald Trump asegura que la pandilla conocida por sus horrendos crímenes y con hasta 10.000 integrantes es una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Y la señala como una de las razones por las cuales se precisa una política migratoria más agresiva, con más deportaciones, un muro con México y el fin de las 'ciudades santuario' que protegen a indocumentados.
Financiación
La MS-13 no es un gran cartel de droga, aunque se financia con el 'narcomenudeo' o venta de droga en las calles, extorsiones, tráfico de personas y a veces prostitución.
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La MS-13 'ha literalmente tomado el poder en pueblos y ciudades de Estados Unidos', dijo Trump la semana pasada. El muro es esencial para detener la llegada de 'miembros muy malos de la MS-13', añadió, y lanzó una ambiciosa promesa: 'La MS-13 se acabará en nuestras calles muy pronto, créanme'.
Dos pájaros de un tiro
'Trump está utilizando a la MS-13 para justificar su política' migratoria, dijo el salvadoreño Héctor Silva, de Insight Crime, un centro de investigación sobre el crimen organizado en Latinoamérica.
'La MS-13 es útil para su retórica porque le permite matar dos pájaros de un tiro: las pandillas en el imaginario estadounidense son latinoamericanas, entonces son malos y son extranjeros, es perfecto', añadió.
La policía de migración (ICE) anunció este mes el arresto de casi 1.100 pandilleros. Pero la operación mostró que solo 104 eran integrantes del MS-13. La semana pasada, la policía de Los Angeles arrestó a 21 miembros de la MS-13 -una docena de ellos cabecillas- en la mayor operación contra la mara en la ciudad.
'La MS-13 es una marca criminal muy conocida, porque siembra el miedo y usa el miedo como arma', y por eso la Casa Blanca la eligió como blanco, estimó Samuel Logan, autor del libro 'Esto es para la Mara Salvatrucha: dentro del MS-13, la pandilla más violenta de EUA'.
La policía explica que el discurso anti-inmigrante de Trump silencia a quienes más pueden ayudarle a enfrentar la pandilla: los hispanos indocumentados, en casi 100% de los casos son las víctimas de la MS-13.
Trump prometió hace unas semanas 'eliminar' a la MS 13 de las calles de los Estados Unidos.
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Un círculo vicioso
La MS-13 fue creada por inmigrantes salvadoreños en las calles de Los Angeles en los '80'. En los años 90 y 2000 muchos fueron deportados a El Salvador, Guatemala y Honduras, donde ganaron poder, y el triángulo norte de Centroamérica se tornó así la región más mortífera del mundo que no está en guerra.
Pero muchos pandilleros regresaron a Estados Unidos fortalecidos por su base en Centroamérica. Hoy la MS-13 está presente en unos 40 estados del país, es experta en repatriar a deportados y se está aprovechando de la vulnerabilidad de miles de menores centroamericanos que cruzan solos la frontera.
'Están reclutando muy jóvenes, en una instancia a un niño de 10 años', dijo Sini en la audiencia. El promedio de edad de los pandilleros arrestados en su condado es de 18 años.
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El poder de la pandilla, declarada en 2012 una 'organización criminal transnacional' por Estados Unidos, se extiende desde El Salvador y sus vecinos hasta México, Canadá o España.
'No creo que la MS-13 sea una amenaza a la seguridad de Estados Unidos (...) pero sí a la seguridad de sus propios barrios de origen, hispanos', opinó no obstante Silva, de Insight Crime. 'Donde sí son una amenaza a la seguridad nacional es en El Salvador', advirtió.