Ciudad del Vaticano.
El papa Francisco presidió por primera vez la boda de 20 parejas en la Basílica de San Pedro, entre las que se encontraban algunas cuya situación ha sido durante siglos considerada pecaminosa por el Vaticano.
Francisco les recordó que el matrimonio es una institución y un “símbolo de vida real, no de ficción”, por lo que además de alegrías habrá dificultades, pero, según explicó, eso es lo que la hace “humana”.
Estas fueron las palabras de la misa que el pontífice argentino pronunció antes de casar a estas 40 personas pertenecientes a la diócesis de Roma.
“El matrimonio es la reciprocidad de las diferencias, no es un camino fácil, sin conflictos, no... porque, si fuera así, no sería humano. Es un recorrido a veces difícil y conflictivo, pero ¡esa es la vida”.
No acabéis el día sin haber hecho las paces; un pequeño gesto es suficiente”.
Pecado
Entre las 20 parejas de su diócesis que contrajeron matrimonio está la formada por Gabriella y Guido, de 56 y 49.
Gabriella ha sido una madre soltera y Guido contrajo matrimonio en el pasado, aunque posteriormente fue declarado nulo por el tribunal eclesiástico de la Santa Rota.
Otra de las parejas ya vivían juntos en concubinato, acción reprobada por la Iglesia.
La ceremonia tiene lugar tres semanas antes de que se reúnan los obispos para examinar la enseñanza católica sobre asuntos de familia.
Los debates de enfocarán en los divorciados que se vuelven a casar y no pueden recibir la comunión. Algunos prelados quieren flexibilizar esa regla, pero otros se resisten porque temen poner en peligro el carácter indisoluble del sacramento del matrimonio.