Ohio, Estados Unidos.
Durante su intervención, el jefe de Policía se dirigió a los vecinos de Cleveland para hacerles entender que 'la tragedia debe servir para ser conscientes del peligro de las armas, sean estas reales o falsas'.
'Las armas no son juguetes y necesitamos enseñar esto a nuestros niños, a nuestra comunidad. Las armas no son juguetes y no debemos dárselas a los niños', subrayó Williams.
La Policía de Cleveland, Ohio, atribuyó hoy la muerte de Tamir E. Rice, el niño negro de 12 años que falleció este fin de semana por disparos de la Policía, a la decisión 'trágica' de un agente, que confundió una pistola de aire comprimido con una real.
'Quiero trasladarle a la familia mis condolencias', destacó el alcalde de la localidad, Frank Jackson, quien dijo saber que 'nada puede decirse para aliviar el sufrimiento y el dolor' de la familia de Rice, que murió el domingo tras recibir el día antes dos disparos en el abdomen y el pecho.
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El inspector adjunto de la Policía de Cleveland, Ed Tomba, explicó que una cinta de vigilancia grabó cómo dos agentes acudieron el sábado a un parque infantil tras haber sido alertados por la llamada de un vecino que aseguraba que un joven estaba apuntando a los transeúntes con un arma de fuego, aunque podía no ser verdadera.
Según la Policía de Cleveland, los agentes llegaron al parque y pidieron al joven que levantara las manos, pero él se llevó las manos a la cintura y sacó el arma, lo que hizo que uno de los agentes le disparara dos veces.
'Los agentes a veces se ven obligados a tomar decisiones críticas en un segundo. Trágicamente esta fue una de esas veces', destacó el jefe de Policía de Cleverland, Calvin D. Williams.
 El pequeño de 12 años murió el pasado domingo tras recibir dos balazos en el pecho por agentes de la policía de Cleveland.
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'Las armas no son juguetes y necesitamos enseñar esto a nuestros niños, a nuestra comunidad. Las armas no son juguetes y no debemos dárselas a los niños', subrayó Williams.
Padre exige justicia
Este caso ha generado polémica y desapruebo entre la comunidad. Gregory Henderson, padre de Tamir, describió a su hijo como un niño respetuoso que siempre hacía caso a sus mayores. Agobiado, explicó a la prensa que no podía entender que no siguiera las instrucciones que le daba la policía.
“¿Quién hubiera pensado que se iría tan pronto?”, dijo consternado Henderson, después de enterarse que su hijo había muerto por las heridas que le hicieron los agentes al dispararle.
El padre del menor cuestiona la actitud de los agentes y les encara el hecho de que le dispararan con balas reales en vez de usar un arma paralizante para someterlo y de que lo hicieran en la parte superior de su cuerpo en lugar de hacerlo en las piernas.
Sobre las presuntas connotaciones raciales en este caso, Tim Kucharskia, el jefe de la policía descartó los rumores y pidió 'investigar a fondo' la muerte del joven, informó la cadena Fox.
'Esto no es un asunto de blancos o negros. Esto es un tema de lo que está bien y lo que está mal', destacó el letrado en sus declaraciones.
