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Muere 'el Tractor', el capo histórico de la Cosa Nostra

  • 13 julio 2016 /

Bernardo Provenzano llegó a ser el hombre más poderoso de la mayor organización criminal de Europa.

Roma, Italia.

Bernardo Provenzano, apodado 'el Tractor', que fue el jefe supremo de la Cosa Nostra, la Mafia siciliana, murió este miércoles en prisión a los 83 años tras una vida rodeada de misterios, acoso y violencia.

El antiguo jefe criminal se encontraba internado en el hospital de San Paolo en Milán (norte de Italia), donde era tratado por un cáncer diagnosticado hacía varios años.

Provenzano fue detenido en 2006 tras 30 años en la clandestinidad. Encarcelado desde entonces en un régimen de alta seguridad tras varias condenas a perpetuidad, el jefe mafioso ingresó en el hospital en abril de 2014.

Nacido en 1933 en Corleone (Sicilia), bastión histórico de la Cosa Nostra, Provenzano ascendió poco a poco en los escalones de la mafia hasta llegar a su 'cumbre'.

Foto: La Prensa

Provenzano fue detenido en 2006 y condenado a varias cadenas perpetuas.


En la clandestinidad desde principios de los años 1970, participó en las decisiones más importantes de la cúpula mafiosa como mano derecha de Toto Riina, el jefe histórico arrestado en 1993, al que sustituyó a partir de entonces.

Considerado el último representante de la 'aristocracia' mafiosa insular, desde la clandestinidad ordenó matanzas, lanzar amenazas, controlar tráficos y rezar a Dios.

Empezó como simple soldado del temido Luciano Liggio, el capo indiscutible del Clan de los Corleones en los años 1960, un criminal legendario que inspiró la novela de Mario Puzzo 'El Padrino' y luego los míticos filmes de Francis Ford Coppola.

'Hombre de Dios'

'Binnu' u tratturi' ('Benito, el Tractor') fue detenido en abril de 2006 en una finca medio abandonada de las afueras de Corleone. En ese momento se encontraba desarmado a pesar de haber sido un eximio tirador. Pero cuando era joven Luciano Liggio lo menospreciaba 'porque disparaba como Dios pero tenía cerebro de pollo', decía.

Provenzano manejó con mano dura un ejército de 'mandaderos' obedientes y no utilizaba teléfono ni ordenador ni nada que la policía pudiera descubrir con medios técnicos.

Hace más de diez años, en su escondrijo fueron encontradas cinco manoseadas biblias, con anotaciones y subrayados. Una de ellas estaba abierta en el Evangelio de San Lucas, capítulo 6 versículo 44-46.

En aquella época, el capo mafioso de otros tiempos se reunía todas las semanas con un sacerdote para confesarse y hablar de religión, y vivía como cualquier humilde campesino siciliano entre ovejas, barro y ricota en una casucha de piedra de una sola planta.

Sin embargo, Provenzano llegó a ser el hombre más poderoso de la mayor organización criminal de Europa, y era quien garantizaba el equilibrio entre diferentes intereses, a veces en conflicto. En sus últimos años 'en activo' la policía le había incautado unos 6.000 millones de euros fruto de su meticulosa labor.

'Será primero juzgado por la sociedad y luego por Dios', había dicho entonces el cardenal siciliano Salvatore Pappalardo.