Así lo denunció el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en un mensaje con motivo del día Mundial de la Alimentación celebrado ayer.
En España, varias ONG han alertado de que el 25% de niños españoles sufre malnutrición agudizada por la crisis. En su discurso, Ban Ki-moon instó a los dirigentes de países ricos y pobres a invertir la energía y los recursos necesarios para ganar la batalla contra el hambre y conseguir el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
La desnutrición se puede evitar, señaló, y como ejemplo citó la hambruna que padecen más de 13 millones de personas en el cuerno de África.
A su juicio, la sequía no tiene por qué convertirse necesariamente en hambre ni debe permitirse jamás que ello ocurra, “ni por fallas del sistema ni por el tipo de privación deliberada que vemos en las zonas controladas por Al-Shabaab”, resaltó.
Ki-moon propuso apoyar a los pequeños agricultores, crear redes de seguridad alimentaria y desarrollar políticas para paliar la volatilidad de los precios.
Falta de ayuda
Los países desarrollados no están cumpliendo sus promesas de apoyar el desarrollo.
La mayoría no cumple todavía el Objetivo del Milenio de destinar hasta 2015 al menos el 0.7% del producto interior bruto a la ayuda al desarrollo. Como media, la ayuda asciende por ahora al 0.3% del PIB, según los datos más recientes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Por otro lado, la volatilidad de los precios tiene como consecuencia que, en muchos países en vías de desarrollo, la población deba destinar el 70% de sus ingresos a comprar alimentos. En Alemania, las familias sólo destinan el 12% de su presupuesto a la alimentación, una situación similar equivaldría a que un pan costase 30 euros, o sea $41.6. AFP