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Latinoamérica no estuvo en el centro de la campaña política

  • 06 noviembre 2016 /

Washington, Estados Unidos.

Ninguno de los dos candidatos a la Presidencia de Estados Unidos ha puesto las relaciones con Latinoamérica en el centro de su campaña; pero según los expertos, una victoria de Donald Trump tensaría los lazos con la región, y una de Hillary Clinton supondría un continuismo de las políticas actuales.

La promesa de Trump de construir un muro en la frontera con México y pasar la factura al país vecino ha sido su propuesta más clara hacia Latinoamérica y ha influido en la impresión de otros países del continente sobre el candidato republicano, pese al escaso interés que el magnate ha demostrado tener en la región.

Clinton ha relegado a Latinoamérica a un segundo plano en su plan de política exterior, pero no ha olvidado prometer que, si llega al poder, “profundizará” los lazos con la región sin desviarse del camino marcado por el actual presidente Barack Obama, aunque quizá con una mano más dura en temas de derechos humanos.

La búsqueda del voto latino en estados claves como Florida y Nevada ha arrancado algunas pistas sobre los planes de los candidatos; pero quedan dudas sobre todo en tres áreas: la apertura a Cuba, la política hacia Venezuela y el comercio con la región.

People wait for Democratic presidential nominee Hillary Clinton to speak during a rally at CB Smith Park on November 5, 2016, in Pembroke Pines, Florida / AFP PHOTO / Brendan Smialowski

La Asociación Nacional de Funcionarios Electos y Designados (Naleo) estima que 13 millones de hispanos votarán en las elecciones de Estados Unidos.
“Trump no ha articulado una política exterior hacia Latinoamérica. Pero podemos deducir de sus declaraciones que su enfoque se asimilaría al de otras administraciones republicanas, excepto en su política comercial”, dijo a Efe Harold Trinkunas, un experto en el continente en la Universidad de Stanford (California).

Trump y Clinton se oponen al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) al que pertenecen tres países de la región: México, Chile y Perú. El candidato republicano, además, ha amenazado con abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA).

“La posición de Trump complicará las relaciones regionales. Muchos Gobiernos del continente se han adaptado a estos acuerdos y no quieren reabrir las negociaciones”, explicó Geoff Thale, un experto de la Oficina de Washington para Latinoamérica (Wola).

Clinton se ha opuesto al TPP por la corriente política de su partido, pero es posible que, si llega a la Casa Blanca, “intente encontrar una forma de sacar adelante ese y otros acuerdos comerciales”, opinó Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano.

People wait to see US Republican Presidential nominee Donald Trump addresssupporters at Freedom Hill Amphitheater on November 6, 2016 in in Sterling Heights, Michigan.Donald Trump barnstorms five states Sunday while Hillary Clinton implores her most fervent supporters to get to the polls, in a frenetic final 48-hour dash to the US presidential election. / AFP PHOTO / JEFF KOWALSKY



En general, los expertos esperan que Clinton siga los pasos de Obama en la región, aunque quizá con “un mayor énfasis en derechos humanos y una línea algo más dura ante Venezuela”, dijo Trinkunas.

La exsecretaria de Estado prometió “mantener la presión sobre Venezuela” y buscar “una solución pacífica a la crisis política y humanitaria” provocada, a su juicio, por “el régimen autoritario de Hugo Chávez y Nicolás Maduro”.

“No dudaremos en sancionar a los individuos que violen los derechos humanos o roben a sus conciudadanos, o en hablar a favor de los prisioneros políticos”, escribió Clinton en un artículo de opinión en el diario El Nuevo Herald.

Trump no se ha pronunciado en absoluto sobre la situación en Venezuela; pero es “fácil imaginar que su Gobierno adoptaría un enfoque duro respecto a los países de la Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), en contraste con la estrategia de bajo perfil de Obama”, pronosticó Thale.

En una entrevista en julio con el canal Telesur, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, opinó que Trump sería “mejor para Latinoamérica” que Clinton, porque “generaría una reacción” en la región que produciría “un mayor apoyo a los Gobiernos progresistas”, como ocurrió durante el mandato Bush (2001-2009).

“Una presidencia de Trump podría ser un regalo para los países del bloque de la Alba”, coincidió Shifter. “Sería el chivo expiatorio perfecto para sus problemas nacionales”.

La otra gran interrogante es qué ocurrirá con el acercamiento a Cuba si gana Trump, quien durante las primarias republicanas fue el único aspirante presidencial favorable a esa política de deshielo.