07/12/2025
11:55 AM

La izquierda se debilita y la derecha gana terreno en América Latina

Redacción.

El fallecimiento de Hugo Chávez (2013), expresidente de Venezuela, la derrota de Cristina Fernández (2015) en Argentina y la destitución de Dilma Rousseff (2016) en Brasil precipitan la caída de la izquierda en América Latina y la asunción de la derecha que se afianza para gobernar por un período que podría dilatarse.

En este momento, cuando la izquierda gobierna ocho países y se encuentra en picada, siete países del subcontinente están bajo el mando de la derecha y otros cuatro jefes de Estado comulgan con ideologías centristas.

Hasta 2010, antes del deceso de Chávez, la izquierda logró marcar un hito al extenderse casi por toda la región mostrándose pujante y prometiendo mantenerse en el poder por mucho tiempo.

Con el ánimo de consolidarse y gravitar bajo los mismos propósitos políticos, económicos y comerciales, los Gobiernos de izquierda constituyeron la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), impulsada por Venezuela y Cuba; sin embargo, esta organización ha perdido protagonismo en el segundo quinquenio de la presente década. Según un análisis del Foro de Sao Paulo, que agrupa los partidos de izquierda del continente, “desde finales de la década de 1990, fuerzas de izquierda y progresistas obtuvieron cinco triunfos consecutivos en elecciones presidenciales en Venezuela, cuatro en Brasil, tres en Argentina, tres en Uruguay, tres en Bolivia, tres en Ecuador, dos en Nicaragua y dos en El Salvador”. A ese historial se sumaron “dos triunfos no consecutivos en Chile, uno en Guatemala, uno en Panamá, uno en Honduras y uno en Paraguay, y cuatro elecciones presidenciales ganadas en República Dominicana por el Partido de la Liberación Dominicana y una por el Partido Revolucionario Democrático, ambos con línea progresista.

Foto: La Prensa



En tres décadas, según el registro del Foro de Sao Paulo, la izquierda logró triunfar en 36 elecciones presidenciales en América Latina.

Esas victorias, ahora, son eclipsadas por las derrotas que los candidatos de derecha y centro les propinan en las urnas.

El cambio

El mapa político experimentó un notable cambio en los últimos tres años: en 2015, en Argentina, Mauricio Macri, de derecha, se convirtió en presidente para desplazar a la izquierdista Fernández que gobernó el país desde 2007, antes, su marido Néstor Carlos Kirchner había dirigido la nación (2003-2007).

En Bolivia, el presidente Juan Evo Morales entregará la Presidencia en 2020, cuando cumpla 14 años en el poder. Este líder indígena, aliado y amigo de todos los presidentes de izquierda, aspiraba a gobernar hasta 2025.

Los cambios
1. La gran destitución de la izquierda en Brasil
El miércoles anterior, 61 senadores (contra 20) destituyeron a la presidenta Dilma Rousseff, una importante líder de la izquierda en América Latina. Antes de que Rousseff asumiera el poder gobernó el país Luiz Inácio Lula da Silva (entre 2003 y 2011).
2. Nicolás Maduro desgastado y en riesgo
El Gobierno de Venezuela, dirigido por Nicolás Maduro, enfrenta una de las peores crisis políticas y económicas de la historia que, según analistas, será causa para que la derecha recupere el terreno perdido.
3. La derecha se afianza en Centroamérica
Guatemala, Honduras y Panamá están bajo el mando de presidentes de derecha. El Salvador y Nicaragua por izquierdistas. Costa Rica por un centrista.
El pasado 21 de febrero, durante un referéndum, Morales recibió un inesperado revés, los bolivianos rechazaron sus intenciones de reelección.

Jaime Narváez, presidente de la Asociación Iberoamericana de Consultores Políticos, es del criterio que el “centro es una opción”.

En una entrevista con LA PRENSA, realizada por medio de Telegram, Narváez dijo que “las opciones o Gobiernos de izquierda que han ganado elecciones en América Latina han demostrado su ineficacia antes los grandes temas como seguridad, pobreza, falta de empleo y servicios, como agua potable”.

A juicio de este consultor, al no ofrecerles mejores condiciones de vida a los habitantes, hay “un desgaste ideológico en la izquierda en general”.

Narváez, quien conoce la situación de Honduras, ha coordinado cumbres de marketing político en diferentes países del área con la participación de asesores en campañas electorales, como el colombiano Juan José Rendón.

Para Caio Manhanelli, analista y asesor político en Brasil y Paraguay, “hablar de izquierda o de derecha es algo anacrónico desde el punto de vista académico”.

“Estas dos palabras son usadas para ganar algún tipo de voto ideológico o para hacer ataques”, dijo en una entrevista con LA PRENSA vía teléfono.

Ejemplificó que en Brasil, los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff eran considerados de izquierda, no obstante, “tenían una base política en la derecha”.

El impacto
El Foro de Sao Paulo advierte que la separación de Dilma Rousseff impactará “sobre el rumbo progresista del mapa político de América Latina y el Caribe”.
“Para hablar de derecha e izquierda hay que comprender profundamente los procesos internos de cada país”, dijo.

Ejemplificó que en Bolivia, el presidente Morales, después de varios años de aceptación, perdió la simpatía hasta en sus mismos seguidores que se ubican en la izquierda. “Estos no le aprobaron la reelección”.

Manhanelli exalta la carta que juega Cuba al abrirse al mundo y mostrar una tendencia ideológica diferente a la mantenida en las décadas de la Guerra Fría.

Caio Manhanelli es hijo de Carlos Manhanelli, un experto en marketing político de Brasil, autor de seis libros sobre esta temática, y ha ofrecido conferencias en Honduras.

En la entrevista con LA PRENSA, Caio Manhanelli dijo que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, “sufre un desgaste monstruoso” que podría causarle una derrota a la izquierda”.

“El Gobierno de Venezuela está desgastado, es inestable y se ciega para mantener viejos paradigmas de la Guerra Fría”, dijo.

Destaca el papel de Rafael Correa, presidente de Ecuador, porque “es un líder de izquierda que goza de simpatía” y lo cual “podría favorecerle al candidato oficialista para ganar las elecciones en 2017”.