Jeff Bezos, fundador de Amazon, con el mundo a sus pies

El fundador de Amazon, Jeff Bezos, se estrenó la semana pasada como la persona más rica del mundo pulverizando récords.

Bezos amasa una fortuna de 112,000 millones de dólares, la más alta jamás registrada por la revista especializada Forbes, y sumó 39,200 millones en el último año, un aumento en su patrimonio inédito en la historia del ránking, que lo distingue como la única persona que se ha clasificado con una fortuna de 12 cifras. En otras palabras, es la personas más rica de la historia.

Hijo de una madre adolescente, Bezos siempre mostró su pasión por la aritmética. Según reveló durante una conferencia en Princeton en 2010, cuando era niño pasaba mucho tiempo con sus abuelos en un rancho de Texas, donde aprendió a vacunar ganado… y a interesarse por “calcularlo todo”.

“A esa edad, cualquier cosa me servía para hacer estimaciones y hacer aritmética. Calculaba el consumo de oxígeno de las personas, el gasto mensual en comida. Todo estadísticas inútiles”, dijo.

Por ese mismo tiempo, su madre se volvió a casar con el ingeniero de origen cubano Miguel Bezos, quien le dio el apellido a su pequeño hijo.

Su pasión por las matemáticas y el ejemplo de su padre adoptivo, llevaron a Bezos a inscribirse en la carrera de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad de Princeton, de se título cum laude en 1986.

Pese a recibir ofertas de trabajo de reconocidas empresas informáticas, como Intel y Bell, Bezos apostó por unirse a una startup totalmente desconocida, Fitel. Después se mudó a Nueva York donde se convirtió en el vicepresidente más joven de Bankers Trust, una empresa de Wall Street.

En 1994, tras leer un artículo que afirmaba que el Internet estaba creciendo desmesuradamente, dejó su trabajo como desarrollador informático y se trasladó a Seattle, donde alquiló un garaje para trabajar en un proyecto ambicioso, una librería que llamó Cadabra.com, y que después bautizó como Amazon.

“Yo sabía que cuando tuviera 80 años no iba a pensar por qué deje mis acciones de 1994 en Wall Street, pero si lamentaría terriblemente de no haber participado en esta cosa llamada Internet. Intuía que sería un evento revolucionario”, dijo en una entrevista.

En su primer mes, el portal de Amazon vendió cientos de libros en todos los Estados Unidos y en las semanas siguientes sus ventas se extendieron a otros 45 países. Finalmente, en mayo de 1997, Bezos dio el siguiente paso y su libreria online pasó a ser “una tienda de todo”, ofreciendo una variedad de productos que iban desde los CDs de música, software, videojuegos, electrónica, ropa, muebles, y todo lo que un usuario común quisiera vender.

Gracias a su experiencia en Wall Street, Bezos utilizó su pasión por las aritméticas para llevar su empresa a la bolsa. En la era en que el Internet comenzaba a irrumpir en la sociedad, su experimento funcionó y en 1997 Amazon.com puso sus acciones en el mercado con un precio mínimo de 18 dólares, llevando a Bezos a ser uno de los primeros millonarios del mundo digital.

El informático convirtió a Amazon en una potencia del comercio electrónico y uno de los principales protagonistas del mercado digital. Ahora sus ambiciones son mayores pues se ha impuesto desafíos civiles y empresariales cada vez más importantes.

Otros mercados

En 2013, Bezos sorprendió al comprar el legendario diario estadounidense The Washington Post por 250 millones de dólares.

Desde entonces, el Post, insigne por sus investigaciones periodísticas en Washington D.C. que llevaron en la década de los 70 a la destitución del presidente Richard Nixon, ha superado su crisis económica y ha vuelto a convertirse en un pionero del periodismo en EUA que ha desafiado a la presidencia de Donald Trump.

Bezos explicó su decisión de comprar el periódico porque quería convertirlo en una publicación más poderosa en el ámbito nacional, incluso mundial, y porque el diario estaba bien ubicado para ser un guardián que vigile a los líderes del país más poderoso del mundo.

“Si se hubiera tratado de una empresa de alimentos financieramente inestable, no la habría comprado”, mencionó.

El empresario ya tuvo sus primeros enfrentamientos con Trump, quien lo acusó de evadir impuestos y abusar de su posición como dueño del diario para lanzar ataques personales y evitar que los legisladores investiguen Amazon.

Bezos afirmó que “no es apropiado” que Trump “ataque a los medios de comunicación que lo están investigando”.

Convencido de que existe algo más que conquistar, Bezos fundó su propia compañía espacial, llamada Blue Origin, una iniciativa privada de viajes espaciales que tine la intención de llevar turistas a otros planetas en un futuro próximo.

“Quiero que millones de personas vivan y trabajen en el espacio, quiero que seamos una civilización espacial”, le dijo a la revista Geekwire al predecir que en los próximos siglos, las industrias pesadas, la minería y la generación de energía tendrán lugar en otros planetas y la Tierra se convertirá así en un mejor lugar para vivir.

Siguiendo su filosfía del pensamiento a largo plazo, invirtió 42 millones de dólares en la construcción del The Clock Of The Long Now, un reloj que está diseñado para medir el tiempo durante al menos 10,000 años sin necesidad de intervención humana.

“Estamos construyendo un reloj para 10,000 años. Es un reloj especial, diseñado para ser un símbolo, un icono del pensamiento a largo plazo”, explica Bezos en la web del proyecto.

“La visión era, y sigue siendo, construir un reloj que mantenga el tiempo durante los próximos 10,000 años. Tal como lo veo, los humanos estamos ahora lo suficientemente avanzados tecnológicamente como para poder crear no solo maravillas extraordinarias sino también problemas a escala de civilización. Es probable que necesitemos más pensamiento a largo plazo”, sintetiza.

Y así, con la fortuna más grande de la historia moderna, Bezos continúa mirando hacia el futuro para seguir revolucionando el mundo.