Japón conmemoró este sábado el sexto aniversario del tsunami que azotó a sus costas seguido por el accidente nuclear de Fukushima, una herida todavía abierta para el país que recuerda una tragedia que dejó 18,446 fallecidos y 123,000 desplazados.
Como cada año durante toda la jornada, miles de personas depositaron flores en los más de 500 kilómetros de costas de las zonas siniestradas del noreste del archipiélago.
En Natori, una de las ciudades más duramente afectadas en la prefectura de Miyagi, un centenar de personas, principalmente parientes y amigos de niños muertos de la escuela local, lanzaron al cielo límpido globos con forma de palomas, constató un reportero de la AFP. Llevaban mensajes para los fallecidos: 'Vivirán eternamente en nuestras memorias', decía uno de ellos.
El príncipe Akishino y su esposa, la pricesa Kiko, representaron a la familia imperial en la ceremonia oficial por las víctimas.
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Multitudes se recogieron además en Sendai, Ishinomaki, Rikuzentakata, Minamisanriku y en todos los lugares que quedaron para siempre marcados por la triple catástrofe: un sismo, un posterior tsunami en el que 18,446 personas murieron o están desaparecidas y el accidente en la central nuclear de Fukushima.
Actualmente, quedan 123,000 desplazados que no pueden volver a sus hogares por la radiación.
La búsqueda de personas desaparecidas tras el tsunami continúa hasta este día.
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'Sólo queda pena'
En Tokio, el primer ministro Shinzo Abe presidió al mismo tiempo la ceremonia oficial. En el quinto aniversario, fue la pareja imperial que dirigió la ceremonia marcada por la gran tristeza, pero en esa ocasión el representante de la familia fue el príncipe Akishino.
'El tsunami se llevó a mi padre. Su trabajo estaba estrechamente vinculado con el mar (...). En mi corazón, sólo queda pena', dijo en llantos Yo Chiba, de 41 años.
Las lámparas iluminan la noche en un Japón que no olvida la tragedia de hace seis años.
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