California, Estados Unidos
El mejor experto en diamantes no es humano. Una empresa israelí ha desarrollado dos tecnologías para auscultar y clasificar estas gemas, que superan la precisión y la fiabilidad que consiguen los gemólogos de carne y hueso, mediante sus manos, ojos, lupas y escalas comparativas.
Estas tecnologías miden de forma objetiva y automática el grado de color y claridad de estas gemas, dos factores clave para establecer su precio, y se basan en la inteligencia artificial (IA) y el uso de cámaras, lentes y sistema de iluminación.
| Anomalías
La mayoría de los diamantes desarrollan imperfecciones internas (zonas nubosa o lechosa) y defectos externos, en forma de grietas, virutas, rasguños o mellas, en general invisibles para el ojo humano, pero que afectan el paso de luz en la gema.
|
La IA es la capacidad de las máquinas de emular las capacidades de inteligencia humana, como percibir el entorno, aprender y resolver problemas, por medio de programas informáticos.
“Estas innovaciones tecnológicas revolucionarán la forma en que la industria global del diamante y los consumidores perciben la clasificación de la claridad de estas gemas y transformarán sus procesos de selección y de pulido”, según Uzi Levami, director ejecutivo de Sarine Technologies (http://sarine.com/) .
Los laboratorios gemológicos emplean equipos de expertos para proporcionar diamantes con certificados de sus características, en base a las cuales se define el valor final de cada gema, incluidas las cruciales ‘cuatro CES’, según el diario ‘The Times of Israel’.
| Esta máquina – similar a una pequeña nevera donde se introduce la gema para su análisis óptico- mide con precisión el color del diamante que es el criterio que se viene utilizando desde hace un siglo para elegir esta piedra. |
Ojo humano superado
“Estamos en el siglo XXI y nadie mide la seguridad de un coche usando un ojo humano, que no puede ver todos los detalles”, según Levami.
“Las nuevas tecnologías denominadas ‘Sarine Clarity’ y ‘Sarine Color’ convertirán la clasificación manual de diamantes en un proceso automatizado, no sesgado y basado en tecnología con resultados repetibles”, asegura Uzi Levami a Efe, desde las oficinas centrales de la compañía en Hod Hasharon (Israel).
“Nuestras tecnologías pueden clasificar los diamantes con una exactitud y consistencia que son imposibles de lograr cuando se basan únicamente en la percepción humana”, señala Levami.
| Capacidad
Estas máquinas usan inteligencia artificial, cámaras, lentes y sistema de iluminación, para clasificar de manera objetiva y automática las primeras dos de las ‘cuatro CES’ de un diamante: claridad, color, corte y ‘carats’ (quilates).
|
Añade que estas nuevas tecnologías, “eliminan el aspecto manual y laborioso de la clasificación de la claridad de los diamantes, liberando tiempo al gemólogo para que pueda centrarse en las partes del trabajo que demandan un juicio profesional”.
“Además de posibilitar un sistema de clasificación realmente estandarizado, esta tecnología tiene la capacidad de filtrar y clasificar los diamantes de acuerdo a su claridad, basándose en las preferencias y las demandas de segmentos de mercado específicos”, de acuerdo al CEO de Sarine.
“Nuestras nuevas tecnologías de clasificación no solo ofrecerán un proceso de clasificación de nivel industrial y consistente, sino que además ayudarán a racionalizar el flujo de diamantes a lo largo de todo el circuito que recorren desde la industria hasta la tienda del minorista”, adelanta Levami.
El sistema ‘Sarine Clarity’ proporciona primero un mapeo o representación gráfica muy preciso y objetivo de las inclusiones (alteraciones interiores) y defectos externos del diamante pulido conocidas como “birthmarks” (marcas de nacimiento), según esta compañía israelí.
Después esta máquina -de forma cilíndrica y con un compartimento en forma de cúpula donde se coloca la piedra para ser analizada- aplica un conjunto de reglas y algoritmos matemáticos para determinar el grado de claridad, acorde a los estándares normalizados para medir esta cualidad diamantífera.
Por último, los diamantes se clasifican dentro de su grado de claridad asignándole subcategorías predefinidas, lo que permite a los fabricantes y comerciantes garantizar que cada piedra individual se valora óptimamente para ofrecerla en su mercado de ventas más adecuado, de acuerdo a Sarine. EFE
| Los diamantes puros y sin color, los más perfectos y apreciados, son muy raros ya que la mayoría de estas piedras presentan un matiz o tinte más o menos visible a simple vista, debidos a particularidades de su estructura o composición.
|