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El heredero del Chapo reta a Andrés Manuel López Obrador

  • 19 octubre 2019 /

Ovidio Guzmán, el hijo desconocido del exjefe del cartel de Sinaloa, está acusado en EEUU por tráfico de cocaína, metanfetamina y marihuana.

    Ciudad de México.

    Pese a que el legendario narcotraficante mexicano, Joaquín el Chapo Guzmán, se encuentra recluido de por vida en una cárcel de máxima seguridad, sus herederos continúan desatando el terror en México, desafiando abiertamente al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

    Así quedó evidenciado la semana pasada tras la fallida detención de Ovidio Guzmán López, alias el Ratón, uno de los hijos menos conocido del Chapo, pero que es señalado por Estados Unidos como una pieza clave en el cartel de Sinaloa, fundado y dirigido por su padre hasta su extradición a EEUU donde fue enjuiciado y condenado a cadena perpetua por narcotráfico.

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    mil asesinatos se han registrado en México desde enero a septiembre, según los datos más recientes del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública. La ola de violencia se recrudeció bajo el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
    Ovidio, de 29 años de edad, forma parte de una facción de esta organización criminal conocida como Los Chapitos, liderada por sus hermanastros mayores Iván Archivaldo(37) y Jesús Alfredo (35), conocidos por presumir su vida de lujos y excentricidades en redes sociales. Pero la importancia de Ovidio en la organización quedó puesta en evidencia con su captura “por casualidad” el pasado jueves, que desató una ola de violencia en la ciudad de Culiacán, capital del occidental estado mexicano de Sinaloa, que puso en jaque a las autoridades.

    El cartel de Sinaloa tiene presencia en al menos 12 de los 32 estados de México y, según la DEA, es el mayor proveedor de droga en EEUU.
    El Ratón, hijo del Chapo y de su segunda esposa Griselda López, supo mantener un perfil bajo, desmarcándose de sus hermanos mayores, aunque desde 2012, el Gobierno estadounidense lo incluyó en la lista de narcotraficantes internacionales “ Kingpin Act” por considerar que jugaba “un papel significativo en las actividades de su padre”.

    Con su inclusión en esta lista del Departamento del Tesoro, a Ovidio Guzmán se le prohibió efectuar transacciones comerciales con ciudadanos estadounidenses y sus activos financieros en ese país quedaron congelados.

    Cientos de hombres fuertemente armados abrieron fuego contra las fuerzas de seguridad en la capital de Sinaloa, bastión del Chapo Guzmán, tras la detención de uno de los herederos del capo mexicano en una residencia de la ciudad.
    En la acusación del Departamento de Justicia de EEUU, divulgada en febrero pasado, los fiscales alegan que Ovidio Guzmán y su hermano mayor, Joaquín Guzmán López, de 34 años, presuntamente conspiraron entre abril de 2008 y abril de 2018 para distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana desde México y otros lugares para su importación a Estados Unidos. Según la acusación, su rol era supervisar la cadena de distribución de los cargamentos de drogas.

    Tras un período de peleas internas, Ovidio y sus hermanos mayores han asumido parte del control del cartel, junto con su cofundador, Ismael el Mayo Zambada, uno de los capos más buscados por EEUU y México, cuyos hijos cumplen sentencias por narcotráfico en prisiones estadounidenses.

    Batalla campal. Culiacán, la capital de Sinaloa, bastión del Chapo, se convirtió en el escenario de una violenta batalla luego de que Ovidio, sobre el que pesa una orden de extradición solicitada desde septiembre por EEUU, fue hallado por un comando de 30 militares y miembros de la Guardia Nacional en esa región considerada tierra de narcos.

    Escenas de pánico se vivieron por varias horas tras los enfrentamientos que dejaron 8 muertos y varios heridos.
    Para evitar su detención, este hijo del Chapo desató horas de tiroteos y bloqueos en la capital del estado, de unos 800,000 habitantes, desatando el pánico entre la ciudadanía y obligando al comando militar a abortar la misión.

    “Al verse rodeados por una fuerza mayor y todo el despliegue de agresión contra la población (...) se ordenó abandonar”, afirmó Alfonso Durazo, secretario de Seguridad, que reiteró que el Ratón fue retenido por varias horas en la residencia.

    Durazo intentó limpiar la imagen del Estado al afirmar que no hubo ninguna negociación en la liberación de Guzmán, y reafirmó que el Gobierno mexicano no está dispuesto a hacerlo con ningún grupo delictivo.

    “El Gobierno no negocia con ninguna organización delincuencial”, subrayó.

    La liberación del Chapito provocó un reclamo que retumbó en la Cámara de Diputados. “¡Renuncia! ¡Renuncia!”, gritaron diputados del conservador Partido Acción Nacional (PAN, la segunda fuerza en el país) al gabinete de seguridad que encabeza Durazo.

    “Somete Chapito a 4T”, tituló el diario Reforma en su edición del viernes, en referencia a La Cuarta Transformación, como se jacta en llamar el presidente Andrés Manuel López Obrador a su estrategia de seguridad.

    Por su parte, el ministro de Defensa, Luis Sandoval, reconoció que el episodio fue el producto de “una estrategia mal planeada”.

    Sandoval confirmó la muerte de un civil y siete soldados, además de tres policías heridos por arma de fuego. Varios vehículos de la policía local y un helicóptero también tuvieron impactos de bala durante la feroz batalla.

    AMLO se defiende. López Obrador fue categórico al justificar la decisión de abandonar el operativo. “No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas. Ellos tomaron esa decisión y yo la respaldé”, argumentó.

    La fallida captura de Ovidio Guzmán contrasta con el plan de seguridad de López Obrador, quien siempre ha criticado la llamada guerra contra el narcotráfico emprendida por sus predecesores, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, los cuales persiguieron militarmente a los capos de la droga desatando olas de violencia, en las que se han estimado más de 250,000 muertos y más de 40,000 desaparecidos.

    Entretanto, el que fue considerado el mayor narcotraficante del mundo cumple ahora sentencia de cadena perpetua en la prisión federal de máxima seguridad en Florence, estado de Colorado, en Estados Unidos.

    El Chapo fue declarado culpable el pasado febrero de 2018 por un jurado de Nueva York de 10 cargos, incluida la participación en una empresa criminal continuada y tráfico de drogas, entre otros, y sentenciado a cadena perpetua. El objetivo de el Chapo era que sus hijos se convirtieran en los herederos de su “imperio”, según indicó la Fiscalía durante el juicio en Nueva York.

    Resurge violencia de los carteles de droga en México
    Ciudad de México. La debilidad del Estado de México para combatir a los carteles de la droga quedó en evidencia la semana pasada con sendos episodios de violencia en Sinaloa y Michoacán. Los videos en redes sociales del enfrentamiento entre civiles armados del cartel fundado por Joaquín el Chapo Guzmán y las fuerzas de seguridad mexicanas mostraron la superioridad de los sicarios que obligaron a los militares a liberar a Ovidio Guzmán

    Al de Culiacán se sumaron los dos enfrentamientos registrados la semana pasada entre agentes del Ejército mexicano y civiles armados en los estados de Michoacán y Guerrero, que dejaron como saldo 28 muertos.

    El lunes se registró el asesinato de 13 policías estatales y 9 heridos en Aguililla, en el occidental estado de Michoacán, quienes fueron emboscados por presuntos integrantes del cartel Jalisco Nueva Generación.
    El martes, en Guerrero, al menos hubo 15 muertos,14 civiles y un militar, tras un enfrentamiento en la comunidad de Tepochica. Estos sucesos muestran el enorme control y poder que tienen los carteles en la región.