Sídney, Australia.
Con más de medio millón de seguidores en Instagram, 200.000 en Youtube y 60.000 en Snapchat, Essella O'Neil vivía 'el sueño' de su vida, sin embargo, hoy ha confesado que nunca fue real y reveló la naturaleza engañosa de las fotos que colgaba en su cuenta, advirtiendo a sus fans no creer todo lo que ven en las redes sociales.
Pese a que su fama en la red social le avalaba para que las grandes marcas le pagaran grandes cantidades de dinero para que sus prendas apareciesen en sus fotografías, la joven modelo australiana decidió renunciar a Instagram y eliminó más de 2,000 fotografías de su cuenta.
Además editó las descripciones de las fotos, explicando cómo fueron tomadas estas imágenes perfectas. En uno de los casos asegura que 'se hizo 100 fotos en poses similares para lograr que el vientre se viera bien', añadiendo que 'apenas había comido aquel día'.
Muchos fans confesaban su deseo de parecerse a a O'Neill, que ahora se opone a seguir promoviendo una imagen de sí misma perfecta pero engañosa.
'Definitivamente no soy un modelo a seguir. Estoy muy muy lejos de ser perfecta', aseguró.
Essela creó una página web para ayudar a otros adolescentes y jóvenes a desengancharse de los follows y los likes. En su sitio Let’s be game changers (vamos a cambiar el juego), donde escribió su declaración de principios basados en llevar una alimentación vegetariana, el equilibrio de la salud física y mental, así como la conservación del medio ambiente.
'Para ser realistas, he pasado la mayor parte de mi vida siendo adicta a las redes sociales, la aprobación social, el estatus social y mi apariencia física. Estaba consumida por ello. ¿Cómo podemos darnos cuenta de nuestros propios talentos si no dejamos de fijarnos en los demás?', escribió O'Neill en la última fotografía que subió a Instagram, donde se lee: 'Somos una generación de cerebros lavados'.
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La modelo explica que no ha eliminado todas las fotografías que tenía, sino que ha retitulado algunas para confesar cuál es el auténtico proceso de preparación que hay detrás de cada una. También ha pedido perdón por engañar, pero, dice, 'no lo hacía conscientemente, estaba obsesionada con gustar a los demás'.
