USA acecha a Maduro con escuadrón anfibio y buques cerca de sus costas
El despliegue se integra en una operación militar mayor ordenada por Trump para contrarrestar amenazas de cárteles de droga
- 21 de agosto de 2025 a las 16:27 /
La tensión entre Estados Unidos y el Gobierno de Nicolás Maduro alcanzó en los últimos días uno de sus puntos más álgidos. La administración de Donald Trump desplegó buques de guerra frente a las costas venezolanas y ha duplicado la recompensa por el mandatario, mientras Caracas respondió con la activación de milicianos en todo el país.
Este jueves, Estados Unidos también ordenó el despliegue de un escuadrón anfibio hacia el sur del Caribe, según informó la agencia Reuters tras consultar a dos fuentes conocedoras de la operación. La decisión forma parte de los esfuerzos del presidente Donald Trump para enfrentar amenazas provenientes de cárteles de droga latinoamericanos, dijeron las fuentes bajo condición de anonimato.
Las fuentes indicaron que los buques USS San Antonio, USS Iowa Jima y USS Fort Lauderdale podrían situarse frente a las costas de Venezuela a partir de este domingo.
En conjunto, las embarcaciones transportan a 4,500 efectivos, entre ellos 2,200 marines. Los informantes no detallaron la misión específica que cumplirá el escuadrón, aunque señalaron que estos movimientos responden al objetivo de abordar amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos, especialmente de organizaciones designadas como “narco-terroristas” en la región.
Mientras esto ocurría, los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), integrada por 10 países, celebraron una reunión virtual extraordinaria en vista de las "fuerzas oscurantistas" de Estados Unidos, según dijo el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien encabezó la reunión desde Caracas.
En la introducción del encuentro por videoconferencia, el mandatario chavista hizo un llamado a la "unión de todos los pueblos rebeldes, de todos los movimientos sociales" de América Latina, el Caribe, de Estados Unidos, de África y "más allá, en defensa del derecho del pueblo venezolano a la soberanía, a la paz, a la autodeterminación y a su futuro, a su propio desarrollo".
Maduro aseguró que la región atraviesa una "coyuntura de frenesí enloquecido de amenazas" por parte de los que "se creen dueños del mundo" y "los que creen" que América es su "patio trasero".
"Creen que solo una palabra de ellos basta para que los pueblos rindan sus banderas y entreguen su tierra y su patria", expresó el jefe de Estado, quien condenó las "últimas amenazas contra la soberanía y la paz de Venezuela".
Ante estas acciones, el líder chavista reiteró el llamado a su país a la "unión nacional", con el fin de "garantizar la paz" de Venezuela "con soberanía, con integridad territorial y con respeto a la autodeterminación de los pueblos".
La cita fue propuesta por los ministros de Exteriores de los países de la Alba para revisar "los planes de cooperación permanente" y para evaluar "la coyuntura interesantemente movida" que, según Maduro, vive hoy la región latinoamericana y caribeña.
En el encuentro participaron los mandatarios de Cuba y Bolivia, Miguel Díaz-Canel y Luis Arce, respectivamente; así como los copresidentes de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo; la embajadora de Honduras en ese país, Scarleth Romero, entre otros.
La Alba, fundada en 2004, está integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Granada y Santa Lucía.
El bloque fue convocado un día después de que la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, asegurara que Estados Unidos está preparado para "usar todo su poder" para frenar el "flujo de drogas hacia su país".
Luego de esta reunión, un barco zarpó desde Venezuela con la bandera de los 10 países que integran la Alba, con el objetivo de fortalecer el "intercambio comercial", informó la Prensa Presidencial.
A través de una nota se indicó sobre el zarpe de la embarcación, aunque no precisó el lugar y la hora de salida de Venezuela ni tampoco el destino, ya que solo mencionó que se dirige hacia "uno de los países" de la Alba. Tras informar esto, el líder chavista instó a "jamás" permitir que "ningún frente de batalla" perturbe la vida de los pueblos, sin abundar en detalles.
La postura de Honduras
El vicecanciller de Honduras, Gerardo Torres, aclaró la posición oficial del país respecto a su presencia diplomática en Venezuela y las especulaciones sobre una supuesta incorporación al bloque de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).
Torres explicó que Honduras mantiene representación en Caracas a través de la embajadora Scarleth Romero, quien participó en la reciente reunión regional. No obstante, enfatizó que el hecho de acompañar ese tipo de encuentros no implica que Honduras forme parte del Alba.
El subjefe de la diplomacia hondureña subrayó que la política exterior del Gobierno de Xiomara Castro está guiada por el respeto a la soberanía y la autodeterminación de los pueblos. “No creemos que la guerra o las agresiones sean la respuesta a los problemas, creemos en la vía diplomática, la presidenta ha sido clara, defendemos el respeto a la soberanía de todos los Estados”, dijo.
Torres recordó que el principio de soberanía ha sido un argumento sostenido incluso por Estados Unidos en el pasado, cuando se les cuestionaba por qué no actuaban contra el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, pese a tener pruebas de su vinculación con el narcotráfico.
“Ellos decían que era muy difícil proceder contra un presidente porque iba a violentar la soberanía. Bueno, eso aplica para todos los Estados y en todos los momentos”, afirmó.
Consultado sobre si la cercanía con Venezuela podría afectar los vínculos con Washington, Torres descartó fricciones y aseguró que la agenda bilateral con Estados Unidos sigue centrada en temas de migración, inversión y defensa.
“Lo que pasa entre Estados Unidos y Venezuela es un tema entre ellos, Honduras no se va a meter allí, pero sí puede opinar desde el derecho internacional. Esperamos que no haya un conflicto armado porque eso afectaría a toda la región”, advirtió.
“Un conflicto armado en América sería romper con la condición de paz que hemos tenido por muchos años. Nuestro llamado es al diálogo, a la tranquilidad y a no utilizar la fuerza para imponer criterios. Respetamos nuestra relación con Estados Unidos y también con Venezuela”, cerró el funcionario.
Forzar caída
Esta misma semana, la Casa Blanca confirmó el envío de tres navíos, acompañados de submarinos nucleares y aviones de reconocimiento P8 Poseidon, así como varios destructores y al menos un barco de guerra equipado con misiles, frente a las costas venezolanas.
Los buques, dotados de misiles Tomahawk y sistemas antiaéreos, forman parte de una fuerza que incluye a unos 4,000 infantes de Marina.
Aunque oficialmente se enmarca en la lucha contra los carteles de droga, analistas internacionales han señalado que la operación tiene un claro componente político y estratégico, que es ejercer presión directa sobre el régimen chavista y mostrar poder militar en la región.
En paralelo, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que la recompensa por información que lleve a la captura de Nicolás Maduro se elevó a 50 millones de dólares, el doble de lo ofrecido anteriormente.
Washington acusó al presidente venezolano de liderar, junto a altos mandos militares, una red de narcotráfico conocida como el “Cártel de los Soles”. La medida, si bien difícil de materializar, busca reforzar el discurso de confrontación contra Caracas y enviar un mensaje de aislamiento a nivel internacional.
Maduro no tardó en reaccionar: en cadena nacional ordenó la activación de un “plan especial de defensa territorial” que involucra la movilización de 4.5 millones de milicianos en todo el país. “Estamos preparados para cualquier agresión, no podrán con Venezuela”, afirmó el mandatario, al tiempo que denunció que Estados Unidos intenta justificar una intervención militar bajo el argumento de la lucha antidrogas.
El canciller venezolano, Yván Gil, agradeció a los gobiernos de Irán y de China por su condena al "intervencionismo" militar de Estados Unidos, luego de que Washington advirtiera con "usar todo su poder" para frenar el "flujo de drogas" hacia su territorio, lo que incluiría el envío de buques y soldados a aguas del mar Caribe cerca de Venezuela.
El gobierno chavista considera que el despliegue naval es una amenaza directa a la soberanía y ha llamado a sus aliados internacionales a pronunciarse en contra de lo que califica como un “asedio imperial”.
La Oficina Externa de Estados Unidos para Venezuela volvió a recordar la recomendación a sus ciudadanos para que no viajen o permanezcan en el país suramericano en plena escalada entre Washington y Caracas por la amenaza del Gobierno de Trump de enviar buques militares al entorno de las aguas venezolanas para combatir el tráfico de drogas.
"El Gobierno de los Estados Unidos advierte a cualquier ciudadano de los Estados Unidos o que tenga cualquier tipo de residencia en los Estados Unidos, que no viajen ni permanezcan en Venezuela debido a los graves riesgos de detención ilegal, tortura durante la detención, terrorismo, secuestro, prácticas policiales injustas, delitos violentos, y disturbios civiles", explica la recomendación.
La advertencia estadounidense de no viajar y no permanecer en Venezuela data originalmente de 2019, año en que Washington retiró a todo su personal diplomático del país caribeño. Los intercambios verbales entre Washington y Caracas han escalado especialmente desde el martes.
La escalada coloca nuevamente a Venezuela en el centro del tablero geopolítico de América Latina. Mientras Washington endurece las medidas contra Maduro, este busca mantener cohesionado a su aparato militar y político con un discurso de resistencia.
Opiniones divididas
Además del Gobierno de Maduro, que ha asegurado que las "amenazas" de Estados Unidos revelan su "falta de credibilidad" y ponen en riesgo la "paz y estabilidad" de toda la región, países como Cuba, Bolivia, Nicaragua o Colombia también han condenado la presencia de los navíos de guerra estadounidenses en el Caribe.
La cancillería venezolana denunció que la acción estadounidense amenaza la paz regional y viola la “Zona de Paz” de la Celac. Diosdado Cabello acusó a la DEA de ser “el verdadero cartel”, mientras que el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, subrayó la incongruencia de centrar operaciones en el Caribe cuando, según él, el 90% de la droga hacia Estados Unidos transita por el Pacífico.
Ecuador, bajo el Gobierno de Daniel Noboa, declaró al Cartel de los Soles como grupo terrorista, alineándose con la estrategia de Washington. Guyana, por su parte, denunció que gran parte de las drogas provienen de Venezuela, aunque su enfrentamiento territorial con Caracas en torno al Esequibo da un claro sesgo político a esta acusación, que es difícil de comprobar.
El Gobierno cubano calificó esta acción como parte de una “agenda corrupta” del secretario de Estado, Marco Rubio, y pidió que se respete la zona como un espacio de paz. El secretario general de la ONU, António Guterres, llamó a Estados Unidos y Venezuela a "resolver sus diferencias por medios pacíficos".
El presidente colombiano Gustavo Petro llegó a asegurar que una invasión de Estados Unidos a Venezuela convertiría a ese país en otra Siria y arrastraría a Colombia a otro conflicto.
En tanto, el presidente de Bolivia, Luis Arce, condenó "enérgicamente" el desplazamiento de los tres buques de guerra estadounidenses en el Caribe y calificó de "infamia" las acusaciones del Gobierno de Donald Trump contra la Administración de Nicolás Maduro
En las últimas semanas, Washington intensificó sus acusaciones contra Maduro y su entorno. Según la Fiscalía estadounidense, se han incautado 30 toneladas de cocaína presuntamente ligadas a Maduro y siete toneladas vinculadas personalmente al mandatario venezolano. Además, las autoridades estadounidenses han confiscado activos valorados en más de 700 millones de dólares, entre ellos dos aviones privados, nueve vehículos y otros bienes.
El director de la DEA, Terry Cole, acusó a Venezuela de colaborar con guerrillas colombianas como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para enviar "cantidades récord de cocaína" a los carteles mexicanos que trafican hacia Estados Unidos.
"Venezuela se ha convertido en un estado narcoterrorista que sigue colaborando con las Farc y el ELN de Colombia para enviar cantidades récord de cocaína desde Venezuela a los carteles mexicanos, que siguen entrando a Estados Unidos", dijo Cole en una entrevista con la cadena Fox News.
Estas acusaciones se remontan al primer mandato del presidente Trump, cuando Estados Unidos señaló que el Cártel de los Soles, liderado por Maduro y altos funcionarios del régimen, opera en Venezuela.
La afirmación de que esta organización criminal está estrechamente ligado al Gobierno de Venezuela no es nueva. En julio de 2005, el diario The Miami Herald publicó, en palabras de un "diplomático extranjero en Caracas, familiarizado con las operaciones antidroga", que el cártel era como "un considerable grupo de generales del Ejército y la Guardia Nacional".
A este cartel se le ha relacionado con diversos narcotraficantes, uno de ellos el narcotraficante y paramilitar colombiano Hermagoras González Polanco, jefe del Cártel de la Guajira. El 25 de julio de 2025, Estados Unidos lo calificó como organización terrorista, y aseguró que está vinculado al Gobierno venezolano, por prestar ayuda a la banda transnacional Tren de Aragua y al cartel mexicano de Sinaloa.
Por su parte, Venezuela ha sostenido que el Cártel de los Soles es un invento de Estados Unidos.