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Monowi, el pueblo más solitario de Estados Unidos

  • 03 febrero 2018 /

El poblado consta solo de una calle, una iglesia, una biblioteca y un bar administrado por la única pobladora.

Estados Unidos.

En medio de las remotas montañas del estado de Nebraska, al final de una carretera polvorienta, se encuentra un pequeño pueblo con edificios viejos y descoloridos que están a punto de caer. Se trata de Monowi, una de las localidades menos pobladas del mundo.

Elsie Eiler, de 84 años, es la única habitante de este “pueblo fantasma”. Eiler administra el bar del pueblo, que además tiene una iglesia abandonada, una biblioteca llena de libros polvorientos y varios edificios cubiertos de plantas, que la naturaleza ya ha comenzado a reclamar.

La ciudad, de menos de un kilómetro cuadrado, fue fundada en 1902 y alcanzó su pico de población más alto en la década de 1930 con 150 habitantes, sin embargo, con la llegada del ferrocarril, la mayoría de residentes decidieran mudarse a los estados vecinos.

La tienda más grande del pueblo cerró al estallar la Segunda Guerra Mundial y el dueño se mudó del pueblo para servir en la Junta de Reclutamiento.

Para el año 2000 los únicos habitantes eran Eiler y su esposo, Rudy, que falleció en 2004, dejándola a cargo del que había sido su hogar por varias décadas.

Desde entonces, Eiler se ha resistido abandonar su hogar, trabaja en el bar desde 1971 y también funge como la alcaldesa y contadora de la administración de Monowi, otorgando licencias de licor y cigarrillos a ella misma para recaudar sus propios impuestos. Cada año, cuelga un aviso en su bar publicitando las elecciones a la alcaldía y luego vota por ella misma. Las autoridades le piden realizar un plan de desarrollo para asegurar los fondos estatales y logra recaudar 500 dólares anuales en impuestos de su propio negocio para pagar los gastos de luz y agua.

“Seguramente tenemos el récord de un súbito descenso poblacional cuando bajamos un 50%. pero yo decidí quedarme tras la muerte de mi marido. Esta es mi casa”, dijo Eiler que ha aparecido en numerosos programas de televisión y medios de comunicación relatando su vida en Monowi.

Eiler también administra la biblioteca que cuenta con 5 mil libros que pertenecen a su difunto esposo quien era un lector devoto.

“Estoy feliz aquí. Crecí aquí, estoy acostumbrada a esto y sé lo que quiero. Es difícil cambiar después de tantos años”, afirma Eiler.

Pese a ser la única habitante de Monowi, Elsie casi nunca está sola. El lugar es visitado por varios turistas que se detienen a conocerla y sus amigos más cercanos viajan a su pueblo para comprarle unas cervezas bien frías en su bar. “Me preguntan mucho si me siento sola, y digo: Bueno, siempre hay alguien que viene y se va”, dijo Eiler a medios locales.