Arizona, Estados Unidos.
La creciente ola migratoria que afecta el sur de Estados Unidos continúa en aumento pese a las extremas temperaturas en las zonas desérticas que deben atravesar los migrantes para cruzar ilegamente a territorio estadounidense.
Durante el fin de semana, la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés) detuvo a más de 400 indocumentados en el estado de Arizona, en el sur del país, la mayoría de ellos eran menores no acompañados.
Un primer grupo de 147 niños migrantes fue interceptado en la mañana del jueves en Tucson, donde el viernes se detuvieron otros 150.
Agentes de CBP trasladaron a los menores para su procesamiento en Tucson.
Según la agencia, hasta el mes de junio las autoridades han encontrado más de 13.600 niños no acompañados, lo que significa un aumento del 189% con respecto a igual fecha de 2020.
El Gobierno de Biden empezó a expulsar de manera expedita a las familias de migrantes que no tengan base legal para permanecer en Estados Unidos.
Desde el 30 de julio se realizaron tres vuelos de 'deportación acelerada' con destino a El Salvador, Guatemala y Honduras, en los cuales se devolvieron 'docenas de familias', informó el jefe de operaciones de la CBP, Manuel Padilla.
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'El asilo y otras vías de migración legal deben estar fácilmente disponibles para quienes lo necesiten, pero las personas que no reúnan los requisitos serán retornadas rápidamente a su país de origen', enfatizó.
Casi 189.000 personas fueron detenidas al intentar cruzar ilegalmente a Estados Unidos desde México en junio, un aumento de 4,5% con respecto al mes anterior, a pesar de las predicciones de un descenso en las llegadas debido a las altas temperaturas del verano boreal.
Desde octubre de 2020, más de 1,1 millones de indocumentados fueron interceptados en la frontera sur estadounidense.
