Nicaragua, Guatemala y El Salvador están bajo alerta sanitaria, mientras Honduras y Costa Rica vigilan un brote de dengue y chikungunya que ha dejado nueve muertos, casi 200.000 contagiados y amenaza con desatar una epidemia.
Entre enero y agosto, siete personas han fallecido por dengue en Guatemala (4) y Nicaragua (3), dos más que las reportadas en 2014, y otras 63.849 se han contagiado con este mal en una región donde las condiciones de pobreza propician la propagación del mosquito transmisor de la enfermedad.
La chikungunya, virus transmitido por el mismo mosquito del dengue, Aedes aegypti, ha cobrado la vida de dos personas en Guatemala y en Nicaragua, y ha contagiado a 120.145 personas en los primeros ocho meses del año, según datos de los ministerios de Salud de la región.
La llamada 'enfermedad del dolor' -porque provoca fuertes dolores musculares y de articulaciones que inmovilizan al paciente- es originaria de África y se detectó por primera vez en Centroamérica a mediados de 2014. Desde entonces ha dejado dos muertos y 176.212 casos.
Costa Rica y Panamá son los países menos afectados por el dengue y la chikungunya, aunque sus autoridades no bajan la guardia por la situación de alerta sanitaria en sus vecinos del norte de Centroamérica.
Las estadísticas de salud entre enero y agosto en Centroamérica muestran una menor incidencia de ambas enfermedades con relación al año pasado, pero las cifras de muertes son casi similares y suman 16 defunciones en los dos años.
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'El dengue te puede matar, el chikungunya amenaza con desatar epidemia en Centroamérica no te mata, a menos que tengás algún problema (como desnutrición o bajas defensas u otras enfermedades)', manifestó a la prensa nicaragüense el epidemiólogo Leonel Argüello.