Río de Janeiro, Brasil.
La Cámara Baja de Brasil despojó de su escaño a Eduardo Cunha (58), expresidente de ese órgano legislativo acusado de corrupción y quien orquestó el proceso que llevó a la destitución de la exmandataria Dilma Rousseff.
Cunha, acusado ante la comisión de Ética de haber mentido al declarar que no tenía cuentas en Suiza, fue despojado a últimas horas del lunes de su mandato por 450 votos contra 10, con 9 abstenciones. En un momento se temía que la sesión no alcanzara el quórum, pero finalmente hubo solo 43 ausencias.
El legislador evangélico que tejió el impeachment de la presidenta de izquierda (destituida el 31 de agosto), enfrenta además numerosas denuncias de corrupción que ahora pasarán a manos de la justicia ordinaria, y en particular del juez Sergio Moro a cargo de las investigaciones del megaescándalo de sobornos de la estatal Petrobras, denominado Lava Jato.
Cunha tampoco puede esperar recuperar rápidamente un fuero privilegiado, pues su destitución conlleva la prohibición de ejercer cargos públicos hasta enero de 2027.
“La votación muestra el grado de aislamiento de una persona que había llegado a estar al frente de uno de los grandes poderes de la República”, dijo el analista político Mauricio Santoro, de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
Amenaza
Antes de la votación presentó su defensa oralmente y reiteró su “orgullo” por haber dado lugar al impeachment contra Dilma, trámite que “ayudó a que Brasil se librara de uno de los Gobiernos más corruptos que ha tenido”.
Pero, el propio Cunha, cuando inició el proceso contra Rousseff, ya era investigado por su presunta participación en la red de corrupción en Petrobras, de la que habría recibido unos 5 millones de dólares en coimas.
Después de ser destituido, Cunha prometió publicar un libro de memorias contando lo que sabe unos 160 senadores que también enfrentan investigaciones judiciales. Además prometió revelar detalles sobre el impeachment contra Dilma: “Voy a contar todo lo que ocurrió... los personajes que participaron en diálogos conmigo. Pasarán a ser públicos, en su integridad”.
La Cámara Baja de Brasil despojó de su escaño a Eduardo Cunha (58), expresidente de ese órgano legislativo acusado de corrupción y quien orquestó el proceso que llevó a la destitución de la exmandataria Dilma Rousseff.
Cunha, acusado ante la comisión de Ética de haber mentido al declarar que no tenía cuentas en Suiza, fue despojado a últimas horas del lunes de su mandato por 450 votos contra 10, con 9 abstenciones. En un momento se temía que la sesión no alcanzara el quórum, pero finalmente hubo solo 43 ausencias.
El legislador evangélico que tejió el impeachment de la presidenta de izquierda (destituida el 31 de agosto), enfrenta además numerosas denuncias de corrupción que ahora pasarán a manos de la justicia ordinaria, y en particular del juez Sergio Moro a cargo de las investigaciones del megaescándalo de sobornos de la estatal Petrobras, denominado Lava Jato.
Cunha tampoco puede esperar recuperar rápidamente un fuero privilegiado, pues su destitución conlleva la prohibición de ejercer cargos públicos hasta enero de 2027.
“La votación muestra el grado de aislamiento de una persona que había llegado a estar al frente de uno de los grandes poderes de la República”, dijo el analista político Mauricio Santoro, de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
Amenaza
Antes de la votación presentó su defensa oralmente y reiteró su “orgullo” por haber dado lugar al impeachment contra Dilma, trámite que “ayudó a que Brasil se librara de uno de los Gobiernos más corruptos que ha tenido”.
Pero, el propio Cunha, cuando inició el proceso contra Rousseff, ya era investigado por su presunta participación en la red de corrupción en Petrobras, de la que habría recibido unos 5 millones de dólares en coimas.
Después de ser destituido, Cunha prometió publicar un libro de memorias contando lo que sabe unos 160 senadores que también enfrentan investigaciones judiciales. Además prometió revelar detalles sobre el impeachment contra Dilma: “Voy a contar todo lo que ocurrió... los personajes que participaron en diálogos conmigo. Pasarán a ser públicos, en su integridad”.