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70 años después, EUA pide perdón a Guatemala por contagiarles sífilis

  • Actualizado: 01 octubre 2010 /

El Gobierno de Estados Unidos pidió hoy perdón a Guatemala por los 'abominables' experimentos en los que se infectó con sífilis y gonorrea a cerca de 700 personas durante la década de 1940.

    El Gobierno de Estados Unidos pidió hoy perdón a Guatemala por los 'abominables' experimentos en los que se infectó con sífilis y gonorrea a cerca de 700 personas durante la década de 1940, y anunció dos investigaciones sobre los hechos.


    La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, telefoneó anoche al presidente de Guatemala, Álvaro Colom, para disculparse por el 'antiético' estudio, que se desarrolló en el país entre 1946 y 1948, según confirmó en una conferencia telefónica el secretario adjunto para Asuntos del Hemisferio, Arturo Valenzuela.

    Colom calificó hoy de 'espeluznantes' y de 'crímenes de lesa humanidad' los experimentos hechos por EE.UU. entre 1946 y 1948, que infectaron intencionalmente a personas de este país con sífilis y gonorrea, y por los cuales Washington pidió perdón este viernes.

    El gobernante aseguró que se realizará una 'profunda investigación' de los hechos que afectaron a más cientos de guatemaltecos, adelantó que se analiza presentar una denuncia para exigir un resarcimiento al país, y reconoció la 'hidalguía' de la Casa Blanca al pedir perdón.

    Según Colom, las víctimas de esas 'prácticas antiéticas' y 'deleznables' fueron en su mayoría soldados, presos, prostitutas y enfermos mentales.

    El mandatario ordenó a sus ministros de Salud, Defensa y Gobernación, 'ubicar' y 'resguardar' los archivos de los años en que ocurrieron los hechos, los cuales servirán de base para 'realizar una investigación' junto con el Gobierno estadounidense.

    Además, dijo estar consciente de que esos experimentos 'no forman parte de una política del actual Gobierno' de los Estados Unidos, y que junto a funcionarios de alto nivel de la Casa Blanca 'convenimos hacer una investigación conjunta'.

    Los experimentos, que han salido a la luz 64 años después gracias a un estudio de Susan Reverby, investigadora de la Universidad de Wellesley, estaban liderados por el Servicio de Salud Pública estadounidense y afectaron a 696 personas, la mayoría de ellos presos y pacientes de instituciones mentales.

    En los experimentos, liderados por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos en la administración de Harry S. Truman, 1945-1953, se estudiaba el desarrollo de las enfermedades en periodos prolongados de tiempo, sin ofrecer tratamiento alguno a los infectados.

    'Lamentamos profundamente que sucediera esto y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación', dijo hoy Clinton en un comunicado conjunto con la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius.


    Los experimentos implicaron, en su momento, a la oficina que posteriormente se convertiría en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), además de los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses (NIH, por su sigla en ingles) y a la Casa Blanca.


    El estudio apunta a que hubo, asimismo, 'algún tipo de complicidad' por parte del Gobierno del presidente guatemalteco Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951), pero aún se desconoce el grado de la implicación, según explicó a la prensa el director del NIH, Francis Collins.


    Los esfuerzos de compensación a Guatemala por parte de la Administración de Barack Obama se concretarán en dos investigaciones, y dependiendo de sus conclusiones, podrán tomarse medidas adicionales, según indicó Valenzuela.


    Por una parte, el Instituto de Medicina de EE.UU. (IOM) intentará esclarecer los muchos interrogantes que deja el estudio de Reverby, como el de si los pacientes fueron tratados o curados una vez que se abandonaron los experimentos.


    Una segunda investigación, anunciada por Clinton, convocará 'a un cuerpo de especialistas internacionales' con el fin de evaluar 'los métodos más eficaces' para asegurar que los experimentos científicos en personas en todo el mundo sigan 'rigurosas normas éticas'.


    Según el estudio de Reverby, los experimentos trataban de determinar si la penicilina, utilizada para curar la sífilis, podía, además, prevenir que la enfermedad se extendiera por el organismo en las primeras etapas del contagio.


    Sin embargo, no existe ningún tipo de informe sobre las conclusiones del experimento, aunque sí hay algunos datos personales de los pacientes y cuadros médicos que permiten determinar que hubo al menos una víctima mortal, fallecida por un ataque epiléptico.


    Los sujetos se infectaban mediante visitas de prostitutas que tenían la enfermedad y por inoculación directa en su órgano sexual, y, cuando fallaban esas técnicas, se les aplicaba una inyección en la médula espinal.


    El equipo dirigido por el doctor John Cutler, quien abandonó el estudio para continuar con otras investigaciones sobre la sífilis en Estados Unidos, alentaba a los pacientes a que contagiaran a otras personas.


    Reverby se topó con los experimentos de Guatemala cuando buscaba contexto para su investigación del caso 'Tuskegee', en el que el Servicio de Salud Pública observó la progresión de la sífilis entre casi 400 negros pobres en Alabama a lo largo de 40 años (1932-72).


    En el terreno doméstico, Estados Unidos ha llevado a cabo, en las últimas décadas, más de 40 estudios que incluían contagio inadecuado durante esa década y la siguiente, según indicó Collins.