16/04/2024
12:06 AM

Alberto Fernández, el peronista que derrotó a Macri en las presidenciales de Argentina

  • 28 octubre 2019 /

El presidente electo de Argentina se define como un liberal progresista que promete sacar de la crisis económica a su país.

Buenos Aires, Argentina.

De bajo perfil y alejado desde hace años de la política activa, Alberto Fernández es la sorpresa de la campaña electoral argentina. Peronista moderado y pragmático, ganó este domingo la presidencia impulsado por la exmandataria de centroizquierda Cristina Kirchner, su compañera de fórmula.

Abogado de 60 años, Fernández obtuvo el 47,48% con casi el 80% de las mesas escrutadas, contra el presidente liberal Mauricio Macri, que logró el 41,08%.

Un resultado sorprendente para alguien que solo en una ocasión anterior había acudido a una elección popular, en 2000, en las legislativas de la ciudad de Buenos Aires.



Su desempeño más destacado fue como jefe de gabinete del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y también de Cristina, en 2008, con quien rompió al cabo del primer año de gobierno, con declaraciones hirientes, en medio del enfrentamiento de la expresidenta con los propietarios del campo y de los grandes medios de comunicación.

Para algunos académicos, ese episodio aparece ahora como una muestra de independencia ante quienes piensan que puede convertirse en un mero títere de la expresidenta.

'Fernández se le paró a Cristina Kirchner en 2008 y le renunció. Ella no lo pudo controlar entonces, mucho menos podrá ahora' desde la vicepresidencia, en caso de que su fórmula resulte victoriosa, consideró el analista Raúl Aragón.

'Liberal, progresista, peronista'

El diputado Daniel Filmus, que fue ministro de Educación con Néstor Kirchner, lo destaca como una persona con la que se puede 'charlar, distenderse, conversar muchos temas'.

'Es un hombre que en diversas circunstancias mostró la capacidad de articular a actores muy diversos y de muy distintas ideas para concertar políticas de mediano y largo plazo', indicó Filmus.

Sus críticos lo consideran camaleónico por haber acompañado a sectores ultraliberales, como el de Domingo Cavallo, y a populistas de izquierda como los Kirchner.

Macri

Alberto Fernández se reunió esta mañana con el presidente Mauricio Macri para determinar detalles sobre un equipo de transición.


En su defensa, Fernández ha dicho que se siente 'un liberal de izquierda, un liberal progresista'.

'Creo en las libertades individuales y creo que el Estado tiene que estar presente para lo que el mercado requiera. Y soy un peronista. Estoy inaugurando la rama del liberalismo progresista peronista', aseguró.

En las últimas semanas, visitó a los líderes de la izquierda latinoamericana, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva (en prisión), el uruguayo José 'Pepe' Mujica y el boliviano Evo Morales.

Calma a los mercados

En el último tramo de campaña, Fernández se ha esforzado por tranquilizar a los mercados, nerviosos por la aguda crisis económica que atraviesa el país.

Aunque crítico con el Fondo Monetario Internacional, que en 2018 concedió un auxilio por 57,000 millones de dólares a Argentina, ha descartado un cese de pagos como el de 2001.

También ha querido llevar calma a los argentinos. 'Vamos a cuidar sus ahorros, vamos a respetar sus depósitos en dólares. No tienen por qué estar nerviosos', declaró.

La justicia y Venezuela

Entre sus declaraciones más polémicas, cuestionó las causas judiciales contra Kirchner y sostuvo: 'la justicia no está funcionando bien. Por lo tanto tenemos que revisar entre todos una alternativa'.

'Esto no quiere decir avasallar su independencia, pero les voy a exigir a los jueces que actúen dignamente', aseveró.

Vea: Alberto Fernández gana las elecciones presidenciales en Argentina

Cristina Kirchner, senadora desde 2017 y por ello con fueros parlamentarios, es investigada en varias causas por presunta corrupción.

También provocó controversia su posición sobre Venezuela, luego de que dijera que en ese país no hay una dictadura, aunque sí un 'gobierno autoritario', y anunciara que, en caso de ganar las elecciones, Argentina adoptaría una postura más similar a las de México y Uruguay, que reconocen a Nicolás Maduro como presidente y favorecen un diálogo interno.

Con la presidencia de Macri, Argentina reconoció al jefe parlamentario Juan Guaidó como gobernante interino y ha sido uno de los países más críticos con Maduro.