China cerró ayer una cumbre con representantes de 150 países y organizaciones internacionales que firmaron acuerdos con el gobierno de Xi Jinping en el marco del ambicioso proyecto internacional de la Nueva Ruta de la Seda.
El estratégico plan es una de las prioridades del mandatario chino, con el que busca extender las ramificaciones geopolíticas y económicas de Pekín en los cinco continentes, creando “una comunidad global con un futuro compartido”, aunque este, que de momento se está desarrollando sobre todo en su vertiente económica, ha levantado numerosas sospechas a nivel internacional. Su plan ha sido criticado por muchos como una herramienta para llegar a dominar el mundo o una colonización económica global.
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Pero los 150 representantes de países y organizaciones (37 de ellos, jefes de Estado o de Gobierno) que concurrieron en la capital china y que, de un modo u otro, se han adherido a una iniciativa que por el momento busca ampliar rutas comerciales entre los miembros, no lo creen así. En América Latina, cinco países han firmado acuerdos de cooperación con ese proyecto, tan importante para Pekín que lo incluyó en su nueva constitución. Panamá fue el primer país de la región en firmar un acuerdo por Franja y Ruta, que contempla como primer proyecto la construcción de una línea de tren que conecte a la capital del país con la frontera de Costa Rica, a un costo inicial estimado de 5,500 millones de dólares.
Influencia económica
En América Latina, China mantiene relaciones económicas y diplomáticas con al menos doce países, entre los que destacan Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Brasil, Bolivia y Venezuela, entre otros. La influencia económica de China en la región ha avanzado rápidamente, sus bancos de desarrollo prestaron 150,000 millones de dólares en los últimos 12 años.
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Xi destacó los beneficios de la nueva apuesta china -cuyo nombre oficial es “Iniciativa de la Franja y la Ruta”- afirmando que “ayudará a construir un mundo de paz duradera, un mundo de seguridad y prosperidad común, un mundo abierto e inclusivo y un mundo limpio y hermoso”.
Países involucrados en la Nueva Ruta de la Seda
Panamá
brasil
bolivia
Italia
Es un flujo de liquidez que suscita temores sobre el endeudamiento de los países beneficiarios. Por ejemplo, Sri Lanka, incapaz de hacer frente a sus créditos, tuvo que entregar a Pekín el control de un puerto de aguas profundas por un período de 99 años. Y Montenegro se ha endeudado severamente tras contraer un préstamo de 800 millones de euros ante un banco chino para construir una autopista. China afirma que esos préstamos son el único medio para los países pobres de financiar su desarrollo. Xiao Weiming rechaza así la noción de “trampa de la deuda” esgrimida por los críticos.
Según algunos expertos, la adhesión a las rutas de la seda es una manera de asumir las normas, la tecnología y la influencia de Pekín.
Es decepcionante que algunos países tengan interacciones comerciales con China que no son claras Mike Pompeo, secretario de Estado de EEUU
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Se trata de la tercera reunión Europa-China en menos de un mes.
La Unión Europea (UE) considera hoy en día a Pekín como un “rival sistémico”.
La estrategia de Xi ha despertado la preocupación de sus socios europeos, sobre todo Francia y Alemania, así como de los estadounidenses. Pero los expertos y diplomáticos no ven este acercamiento como un punto de inflexión.