El sonido del motor de las cisternas llena de ansiedad y alegría a Norma Ruiz y Yajaira Hernández, habitantes de la marginal colonia Nueva Capital, porque les brinda la solución al problema que heredaron desde niñas en un sector sin el servicio de agua potable.
Esta es la rutina de estas dos mujeres, que forman parte de los 260 mil capitalinos, de 1.3 millones que viven en la ciudad, que carecen del servicio que proporciona el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa).
Se estima que solo 988 mil pobladores de esta ciudad tienen acceso directo al vital líquido que provee el Sanaa y 50,000 son abastecidos por las juntas de aguas en sus comunidades, lo que deja un déficit de más del 20%, explicó Carlos Hernández, gerente Metropolitano de Distribución de la institución.
|
Negociazo. LA PRENSA logró comprobar en los puntos de abastecimiento del Sanaa, que la distribución de agua se ha convertido en un lucrativo negocio porque se compra a un valor muy bajo, pero se vende 990% más caro.
LEA: Semana Santa: El martes inician revisión al transporte público
El Sanaa ofrece el vital líquido al cómodo precio de 0.05 centavos el galón, lo que suman 2.75 por barril de 55 galones, según Miguel Ochoa, jefe de la unidad de Aquabloq. No obstante, los comerciantes lo venden a los capitalinos que están condenados a no acceder al servicio a 25, 27 o 30 lempiras el barril, lo que representa una utilidad alrededor de 27.25 por unidad, sin tomar en consideración los gastos de operación.
|