Después de pasar siete días durmiendo en la calle, más de 200 afectados por el incendio que consumió las viviendas el pasado 24 de diciembre ahora pueden reconstruir sus hogares.
A través del programa Vida Mejor del Gobierno se les entregará zinc, madera, cemento, tornillos, canaletas y materiales de construcción a los afectados.
El informe oficial emitido por la Gobernación de Cortés detalla que las casas quemadas son 28, pero 36 son las familias damnificadas, porque en algunos casos una vivienda era compartida por dos o tres familias.
“ Por cada casa afectada se entregará 12 láminas de zinc, 13 bolsas de cemento, cuatro cuartones de madera, cuatro canaletas y los otros materiales necesarios, y cuando tengan terminadas sus casas regresaremos para hacer la instalación de un ecofogón, un filtro de agua y una pila por casa”.
El personal de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) instaló una cocina solidaria para dar alimentos calientes a los damnificados.
Ronnie Rogríguez, subcomisionado noroccidental de Copeco, explicó cómo se va a trabajar en la construcción de estas viviendas.
“No podemos ser nosotros quienes hagamos las casas porque estas personas no tienen títulos de propiedad de estos terrenos y la ley nos prohíbe edificar; pero ya que tienen los materiales y lo que haremos es darles comida por trabajo. A cada uno que contribuya en la construcción de la casa de los vecinos se le pagará dándole cada dos días una ración de alimentos valorados en 300 lempiras”, expresó Rodríguez.
Ulises Paz, afectado y dirigente patronal, expresó su agradecimiento en nombre de toda la comunidad.
“Como vecinos tenemos una meta de reconstruir todas las casas en siete días o antes porque nos preocupa que lleguen las lluvias. Empezaremos con las familias que más lo necesiten”.
Además, como parte de la solidaridad que los sampedranos han mostrado con las familias se les dio una cena de fin de año para que comiencen 2015 con pie derecho.
“Nuestra prioridad desde que comenzamos con las ayudas han sido los niños y mujeres embarazadas”, dijo Iliana Caballero, voluntaria.
