Después de tres décadas y media de haber sido descubierto por el arqueólogo hondureño Ricardo Agurcia Fasquelle, el templo Rosalila sigue brillando con el esplendor del pasado maya y, como uno de los mejores secretos que guarda Honduras, continúa cautivando a miles de turistas nacionales y extranjeros.
Este fascinante y colorido templo, mostrado al mundo por primera vez en junio de 1989, se encuentra en las entrañas de la Estructura 10L-16 (también conocida como Estructura 16), otrora corazón de la acrópolis de Copán, sede del poder social, político y económico del antiguo reino maya, fundado por K’inich Yax K’uk’ Mo’.
La Asociación Copán, un centro de investigación y conservación de la cultura y el patrimonio natural de Honduras, dirigido por Agurcia, describe a Rosalila como un templo de tres pisos con una base que mide 18.5 metros por 12.5 metros y con una altura de 12.9 metros.
En los últimos años, una impresionante réplica del templo Rosalila, ubicada en el Museo de Escultura Maya del parque arqueológico, ha permitido a muchos turistas admirar su esplendor sin necesidad de ingresar a los túneles. Sin embargo, esta fiel reproducción es un imán que induce a muchos a explorar de cerca la majestuosidad de su arquitectura.
Desde marzo de 1999, turistas de todas partes del mundo han tenido la oportunidad de sumergirse en este mundo subterráneo y descubrir los secretos que guarda la enigmática civilización maya. Cada paso dentro de los túneles es un viaje en el tiempo dentro la Estructura 16 construida por Yax Pasah, el décimo sexto gobernante de Copán.
Una década posterior al hallazgo que impresionó a la comunidad de arqueólogos de todo el mundo, las autoridades del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAA) decidieron abrir al público los túneles excavados por Agurcia y su equipo para que los hondureños contemplaran un edificio sagrado que los mayas no destruyeron para que siglos después lo visitaran personas de todas las latitudes y culturas.
Zoila Madrid Welchez, jefa del sitio patrimonial de Copán, afirma con orgullo que “turistas de todo el mundo ingresan a estos túneles para conocer el templo Rosalila y lo que hay dentro de los túneles Los Jaguares”. Dice que “la magia del lugar sigue atrayendo a generaciones enteras, convirtiéndose en un destino imprescindible para los amantes de la historia y la arqueología”.
Herencia de Copán sigue viva
“El interés no solo ha crecido entre los turistas internacionales, sino también entre las nuevas generaciones de hondureños, quienes buscan conocer y conectar con la historia de nuestro país. La herencia de Copán sigue viva, inspirando a quienes desean comprender la grandeza de la civilización maya”, manifestó en una entrevista con La Prensa.
El templo del Rey Sol, como también es llamado, se halla sobre un pequeño basamento denominado Azul, que mide solo 3 metros de altura. Como todas las restantes construcciones de este lugar sagrado, su escalinata principal mira hacia el oeste.
Esta consta de siete gradas, la quinta contiene un texto jeroglífico esculpido con una fecha de la Cuenta Larga, que los arqueólogos Linda Schele y Nikolai Grube han reconstruido como 9.6.17.3.2 (571 d.C.). Esta fecha ubica el texto en la última fase del reinado del décimo gobernante de Copán: «Luna Jaguar», cuyo nombre también forma parte del texto, según describe Agurcia en el artículo titulado Rosalila, el corazón de la Acrópolis. El templo del Rey-Sol.
Quienes descienden por los túneles para ver a Rosalila, no dejan escapar la oportunidad para continuar el recorrido a través de los tuéneles Los Jaguares que permiten encontrarse con otros basamentos y edificios.
Recientemente, el gobierno de Honduras aprobó el Decreto Ejecutivo PCM 06-2025 para intervenir algunas secciones de la red de túneles excavados en Copán. Con esta medida, las autoridades del patrimonio cultural buscan preservar la integridad estructural del sitio y protegerlo de los estragos del tiempo y la naturaleza.
Los arqueólogos y autoridades han observado que ciertos túneles han comenzado a mostrar signos de debilitamiento estructural. Ante esto, han propuesto trabajos de consolidación en aquellos que conducen a descubrimientos clave y el relleno de algunos pasajes que presentan un mayor riesgo. Estas intervenciones evitarán el colapso de estructuras y mantendrán intacto el tesoro arqueológico.
Debido a la gravedad de la situación, el gobierno ha declarado el estado de emergencia en el sitio maya de Copán por un período de un año a partir del pasado 28 de enero anterior. Esta medida tiene como objetivo asegurar que el legado de los mayas continúe asombrando a las generaciones venideras, de acuerdo con el decreto.
Salvador Varela, gerente del parque arqueológico de Copán, ha tranquilizado a los visitantes al confirmar que la intervención se limitará a los túneles de investigación, un tramo de unos tres kilómetros, de un circuito de 12 kilómetros en total que serpentean las estructuras subterráneas de este patrimonio de la humanidad.
“Los túneles que visitan los turistas están consolidados, por lo que podrán seguir visitando los templos de Rosalila y ver todas las estructuras que hay dentro sin ningún inconveniente”, aseguró Varela en entrevista con La Prensa.
Para llevar a cabo estas mejoras, el gobierno ha asignado veinticinco millones de lempiras, un presupuesto que permitirá ejecutar los trabajos sin comprometer la experiencia turística. Este balance entre conservación y acceso es clave para la sostenibilidad del parque arqueológico, de acuerdo con Varela.