Honduras
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Un subsidio de préstamos de hasta tres millones de lempiras por parte del Gobierno representa para los productores la última esperanza para salvar la producción agrícola nacional.
La reducción en la producción de granos básicos como maíz, arroz y frijoles evidencia la crisis que atraviesa el campo en Honduras. Son muchos los desafíos, además del cambio climático, a los que se enfrentan. Por ello, piden al Gobierno de Xiomara Castro escuchar sus peticiones antes de que la demanda alimenticia dependa en un 100% de las importaciones.
En Honduras, el 90% de los productores dependen de las lluvias para producir, ya que no cuentan con sistemas de riego. Esto significa que la sequía impacta directamente en las cosechas. Además, enfrentan créditos con tasas de interés del 18%, es decir, casi una quinta parte del crédito se destina a intereses antes de comenzar la producción. También sufren competencia desleal, debido a los Tratados de Libre Comercio, que permiten la importación de maíz y arroz a cero aranceles, con escasa o nula revisión de su calidad.
Ante esta situación, integrantes de la Plataforma Agrícola (camarón, maíz, frijol y arroz) solicitan al Gobierno un subsidio para préstamos que van desde un millón hasta tres millones de lempiras como un "salvavidas" para el campo. Asimismo, piden la reactivación de mesas de convenios para discutir soluciones concretas, precios justos y condiciones reales para sembrar, apoyo financiero, asistencia técnica y control de costos de insumos.
Dulio Medina, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Grano (Prograno), explicó a LA PRENSA que el Gobierno, a través del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (Banhprovi), compró en 1998, luego del huracán Mitch, las deudas que los productores tenían en los bancos privados y en el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa). Estas deudas no han podido ser saldadas por muchos productores debido a las sequías, huracanes como Eta e Iota, altos costos de insumos y la pandemia. La tasa de endeudamiento ha aumentado drásticamente, lo que les impide acceder a nuevos fondos.
"El productor ya abandonó esa deuda, solo está en papeles. Estamos pidiendo un decreto de subsidio de hasta tres millones de lempiras, que es donde está concentrada la cartera de los productores", puntualizó.
En 2022, Banadesa fue reactivado y otorgó créditos a personas en central de riesgo, pero luego, con la mejora de su cartera crediticia y regulado por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), dejó de otorgar préstamos a personas endeudadas.
Lo que se busca es que el Gobierno, mediante la figura del subsidio, asuma los créditos de entre uno y tres millones de lempiras que los productores tienen en Banadesa, Banhprovi, Crédito Solidario y Funder. Se estima que entre 16,000 y 20,000 productores requieren este subsidio.
En las últimas semanas, ha habido un incremento de 200 lempiras por quintal de fertilizantes. Para Medina, también es necesario llegar a acuerdos con las casas comerciales para negociar precios más justos para los productores.
Para controlar las plagas, otro desafío constante, los productores invierten unos 800 lempiras semanales en fumigación.
Medina, quien es productor de maíz, sostiene que la importación desmedida de maíz desde Estados Unidos los afecta considerablemente.
"Importan maíz amarillo sin control por el Tratado de Libre Comercio, un maíz con aflatoxinas que es una sustancia cancerígena; eso nadie lo controla", aseveró.
En Honduras, la producción nacional de granos básicos y hortalizas no logra cubrir la demanda. Por ello, se importa un alto porcentaje desde Estados Unidos, Nicaragua, Guatemala y otros países.
Por ejemplo, la producción de maíz oscila entre 8 y 10 millones de quintales, mientras el consumo es de 22 a 26 millones. El maíz amarillo se importa desde Estados Unidos. En cuanto al arroz, se consumen cerca de cuatro millones de quintales y se importan unos 3.8 millones. Respecto al frijol, se producen dos millones de quintales y se consumen aproximadamente 2.4 millones, por lo que se importa de Nicaragua para cubrir el faltante.
En una entrevista con LA PRENSA, Ramón Rodríguez, representante de arroceros, declaró que todos los sectores productivos enfrentan desafíos que parecen no ser considerados por las autoridades.
Rodríguez sostiene que es necesario incentivar un aumento de la producción, ya que esta está decayendo tanto en granos básicos como en otros alimentos. Esto se traduce en más importaciones a precios más altos para el consumidor. "Este subsidio que pedimos está enfocado en los pequeños productores que han venido sufriendo pérdidas desde el huracán Mitch hasta la fecha. Lo que se quiere es reactivar las unidades productivas que, por miedo a seguirse endeudando, los productores han abandonado".
Con la tormenta Sara, que impactó Honduras en noviembre de 2024, los productores de arroz de Colón perdieron más de tres mil manzanas cosechadas.
Rodríguez aseveró que, aunque Fredis Cerrato, ministro de la Secretaría de Desarrollo Económico, declaró que ya se había pactado un precio entre productores y la agroindustria de 545 lempiras por quintal de arroz granza (el mismo precio del año anterior), eso es falso, ya que ni siquiera se han reunido y ese precio "no es rentable para nosotros".
Los hondureños consumen unos cinco millones de quintales de arroz al año, pero el 90% se importa de Estados Unidos. En 2024, la producción fue de 502,087.42 quintales. Solo en lo que va de 2025, ya se reporta una disminución de 45,000 quintales en comparación con el mismo período del año anterior. Se prevé cerrar el año con apenas 400 mil quintales, con suerte, señalan.
Wilmer Cruz, representante del sector camaronero, manifestó que el pequeño y mediano productor está abasteciendo únicamente el mercado nacional, ya que no está exportando por las condiciones no favorables para el sector.
Los mercados son cada vez más restringidos, ya que ahora deben pagar un arancel del 20% a Taiwán. El mercado centroamericano es inaccesible para el pequeño productor debido al costo de traslado en planta, y el acceso a México está limitado por restricciones fronterizas. "China no está comprando; ha adquirido solo unos pocos contenedores, pero es más por cuestión política que por negocio, ya que lo que ofrecen está por debajo de nuestros costos de operación".
Los grandes productores exportan a la Unión Europea, Japón, Estados Unidos y México. "Nosotros no tenemos ningún beneficio fiscal, mientras que las grandes empresas operan bajo el Régimen de Importación Temporal (RIT) y pueden importar insumos libres de impuestos", agregó Cruz a LA PRENSA.
La falta de mercado, la competencia desleal y la carencia de financiamiento han provocado que unas 92 de las 404 fincas productoras de camarón estén cerradas.
De 120 millones de libras de camarón que se producían, en 2023 y 2024 la producción cayó en un 40%. "El subsidio nos sacaría de la central de riesgo, podríamos tener nuevos créditos para invertir en las unidades productivas y buscar nuevos mercados".
Las exportaciones de camarón cultivado en 2024 totalizaron 237.0 millones de dólares, reflejando una caída de 13.1% (USD 35.6 millones), debido principalmente al menor volumen exportado, como resultado del cierre del TLC con Taiwán, las restricciones fronterizas con México a inicios del año y el alza de los costos de producción, según informe del Banco Central de Honduras (BCH).