El oficial de alto rango que está a cargo de la seguridad de la cárcel de Ilama en Santa Bárbara asegura que es prácticamente imposible que un reo logre escapar de ese recinto.
“Si los mandan al Pozo, les aseguro que no se van a poder escapar, esto es máxima seguridad, de aquí no se van”, aseguró al mostrar cómo se monitorea desde los cuatro puntos cardinales la prisión.
“Vea bien, aquí tenemos cuatro torreones, a 100 metros uno del otro, desde ahí tenemos una visión del 100%, vigilancia las 24 horas; llegar hasta esta zona ya sería un suicidio”, indicó el alto oficial que por seguridad se omite su identidad.
La prisión a la que fueron trasladados 37 reos de alta peligrosidad está construida en un terreno de 23 manzanas y posee hasta ahora las celdas más temibles en Honduras.
Cupos
En los dos módulos de máxima seguridad hay 40 celdas con capacidad para albergar hasta 80 reclusos, pero, de momento, la orden del Presidente es que solo haya un reo por celda.
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Para salir de una celda, los reos deben sacar sus manos por una ventanilla rectangular donde les colocan los aros de presión, posteriormente se desactivan los cuatro cerrojos, se abre el candado y, una vez fuera, se colocan grilletes en los pies.
De esta forma es conducido hasta las duchas que también se encuentran dentro de celdas con puertas color rojo.
El sistema de máxima seguridad prevé 150 agentes penitenciarios para los dos módulos de máxima seguridad y 300 agentes para los ocho módulos de reos comunes o de mínima y media seguridad.
Todo el perímetro está protegido con una zona roja. En el extremo caso de que un recluso logre llegar hasta ahí, los agentes están autorizados al uso de armas de reglamento para impedir la fuga, todo conforme a los manuales de procedimientos aprobados por la Organización de las Naciones Unidas para la reclusión de personas en prisiones de máxima seguridad.
![]() Hay cuatro torreones, a 100 metros uno del otro, desde donde se tiene una vista al 100%.
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