El sector exportador e importador de Honduras está siendo fuertemente afectado por las protestas de los socios de Koriun Inversiones en la carretera que conduce hacia Puerto Cortés, en la zona norte del país.
Las manifestaciones, principalmente a la altura de Choloma, han generado un colapso en la vía, lo que provoca pérdidas millonarias al sector productivo y paraliza una de las principales rutas logísticas del país.
El Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) emitió un comunicado en el que señala:“Estas acciones han generado serias afectaciones a la libre circulación, interrupciones en las cadenas de suministro, pérdidas millonarias en producción y exportaciones, así como impactos negativos en el empleo y la estabilidad económica de miles de familias hondureñas.
Bloquear las vías de comunicación no solo limita el derecho al trabajo de los ciudadanos, sino que también pone en riesgo el clima de inversión, obstaculiza la actividad empresarial y deteriora aún más la frágil economía nacional. Honduras no puede darse el lujo de detener su aparato productivo en medio de los grandes desafíos que ya enfrenta en materia de empleo, seguridad y desarrollo”, advierte el Cohep.
El organismo pidió a las autoridades tomar acciones inmediatas para garantizar el orden público, el respeto al Estado de derecho y la protección de la economía nacional.
Pérdidas cuantiosas
La Asociación Hondureña de Agroindustriales (Ashda) informó a LA PRENSA que, en relación con las materias primas que conforman la canasta básica y que se importan a granel, están pagando aproximadamente 20,000 dólares diarios (unos L515,000) por buque en bahía debido a las demoras.
“Hasta hoy llevamos 400,000 dólares (unos L10.3 millones) en sobreestadía solo en producto a granel. Tenemos 86 horas sin movimiento de carga, unos 200 tráilers con materias primas agropecuarias detenidos. Esto no incluye la carga en contenedores”, indicó un representante de Ashda.
El sector cafetalero también se encuentra en situación crítica. Basilio Fuschich, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Honduras (Adecafeh), informó que se vio obligado a retirar 38 contenedores que iban hacia Puerto Cortés, ante el temor por disturbios.
“El mundo que compra café hondureño está viendo hacia otros países de origen. De nada sirve que tengamos buena calidad o que hagamos bien nuestro trabajo desde la montaña, la comercialización o la exportación. Nos están cambiando por Perú, y eso es grave”, expresó Fuschich.

Según el empresario, debido a las protestas y otros factores, el 40 % de los cuatro millones de quintales de café exportados —equivalentes a unos 10,600 contenedores— han sufrido retrasos a causa del congestionamiento en la terminal de Operadora Portuaria Centroamericana (OPC).
“Allí es donde comienzan los costos por la tardanza, con múltiples costos financieros extraordinarios. Además, la calidad del café se deteriora”, añadió. También mencionó que enfrentan multas por parte de OPC, aunque no precisó cifras.
La pérdida de productos perecederos también es considerable debido a los retrasos de los transportistas para llegar al puerto.
Terminal colapsada
Adolfo Becerril, director ejecutivo de la Asociación Hondureña de Compañías y Representantes Navieros (Ahcorena), declaró a LA PRENSA que la terminal de carga está colapsada. “Hay barcos que no se están atendiendo en su totalidad y contenedores de exportación con productos de todo tipo que no se pueden cargar”.
“Ya se venía trabajando con algunas interrupciones, dado el congestionamiento que ya presentaba el puerto, pero ahora con las tomas en Choloma la situación ha empeorado”, afirmó.
Becerril sugirió como posible solución trasladar las oficinas de Koriun a una zona donde no se obstaculice el tráfico vehicular, en caso de protestas.
Karim Qubain, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), calificó de “incuantificables” las pérdidas ocasionadas por el bloqueo de la principal vía hacia el puerto.
“Perjudica a toda la cadena productiva nacional y, al final, a toda la población. Las personas tienen derecho a protestar, pero sin afectar los derechos de otros. Si las empresas no cumplen con sus contratos, pierden, y eso pone en riesgo empleos”, declaró Qubain. Añadió que espera una solución pacífica y ordenada que libere el paso lo más pronto posible.
Eduardo Facussé, empresario y expresidente de la CCIC, enfatizó que la incertidumbre eleva los costos de operación, ya que las empresas deben activar planes alternos para solventar los problemas logísticos.
“Esto tiene repercusiones graves, pues están retrasando la producción y los programas de envío a los mercados internacionales”, puntualizó a LA PRENSA.