Tres prostitutas de la empobrecida ciudad boliviana de El Alto se cosieron los labios este miércoles en demanda de justicia y sanciones contra una turba de vecinos que la semana pasada destrozó prostíbulos y bares y quemó enseres y mobiliario.
La medida forma parte de la serie de protestas que las meretrices llevan a cabo desde el lunes cuando un grupo de 50 de ellas se declaró en huelga de hambre por el mismo motivo.
Un comunicado de las prostitutas exigió 'justicia y respeto' a sus fuentes laborales y clamó porque su 'dignidad no puede ser atropellada', mientras su principal dirigente, Lily Cortez, anunció que varias de ellas se introducirán en ataúdes a partir del jueves.
Cortez dijo ante la televisión que la policía las 'trata como a criminales' y volvió a reivindicar su 'derecho al trabajo'.
Las meretrices se quejaron de que el cierre de los locales nocturnos ha provocado que se queden temporalmente sin fuentes de trabajo y han expresado su profundo temor de ser agredidas por turbas de vecinos que cesaron el funcionamiento de unos 32 bares y 14 lupanares.
La dirigente señaló que si la población no quiere que haya prostitución, entonces que 'el gobierno nos capacite, que el gobierno se haga cargo de nuestros hijos y luego de capacitarnos que nos den trabajo'.
Las mujeres también mantiene en pie su amenaza de marchar desnudas en defensa de sus fuentes de trabajo.
Unas 400 a 500 meretrices -según datos no oficiales- laboran en las denominadas 'zonas rosas y rojas' de la ciudad de El Alto, de unos 800 mil habitantes, donde cada noche de trabajo logran obtener un promedio de 40 dólares.