El portavoz de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), padre Juan Ángel López, pidió este viernes a las autoridades hondureñas que el crimen contra el párroco José Enrique Vásquez Cálix no quede en la impunidad como ha ocurrido en el pasado con otros asesinatos.
“Que ninguno de estos crímenes quede en la impunidad, porque eso genera mayor violencia e incertidumbre, porque al no tener claro lo que está pasando y por qué está ocurriendo, lo correcto sería llevar adelante un proyecto de prevención para que no se llegue a estos crímenes”, dijo López.
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Asimismo, recordó al padre Vásquez como una persona que hacía el bien. “Yo escuchaba los testimonios de la gente. Lo conocí desde que estaba muy pequeño, él estaba en el seminario menor aquí en Tegucigalpa”, agregó.
Además, hizo un llamado a los responsables del crimen contra el párroco. “Nos ha tocado enterrar incluso a los que han muerto de esta manera, porque al que espada mata, a hierro muere y eso que no se les olvide”, sentenció el portavoz de la CEH.
CRIMEN ATROZ
Boca abajo, con seis balazos en su rostro y cuerpo y sobre un puente de Morazán, Yoro, fue dejado por sus victimarios el cuerpo del padre Enrique Vásquez Cálix (de 48 años), mientras sus feligreses lo esperaban en la parroquia San José de San Pedro Sula para que oficiara la misa del Miércoles de Ceniza.
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En la escena del crimen, las autoridades policiales encontraron seis casquillos de bala. Los criminales le dispararon al párroco en la cara, por lo que murió de forma inmediata. A 62 kilómetros de distancia de donde encontraron el cuerpo, la Policía halló abandonado el vehículo tipo pickup, marca Mazda, color gris, que era conducido por el sacerdote.

Según la dinámica del hecho, al religioso lo interceptaron entre La Barca y El Progreso, lo privaron de su libertad y lo llevaron hasta el puente de Morazán para asesinarlo. Los asesinos condujeron el vehículo aproximadamente una hora y media hasta llegar a una calle desolada en el municipio de Victoria, en donde lo dejaron abandonado.
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