22/06/2025
11:46 AM

Otro terremoto en Haití

Un fuerte terremoto de 5,9 grados en la escala de Richter sacudió hoy de nuevo Haití y sus efectos se sintieron en la capital, Puerto Príncipe, donde se derrumbaban edificios.

Un fuerte terremoto de 5,9 grados en la escala de Richter sacudió hoy de nuevo Haití y sus efectos se sintieron en la capital, Puerto Príncipe, donde Efe constató que se derrumbaban edificios ya afectados por el devastador sismo del pasado día 12.

El temblor, que tuvo lugar a las 06.03 hora local (11.03 GMT), fue fuerte y prolongado, según se pudo comprobar en distintos puntos de la capital.

El epicentro del seísmo tuvo una profundidad de 9,9 kilómetros y se localizó a 41 kilómetros de Jacmel, en el sureste del país, y a 59 kilómetros de la capital haitiana, según datos del Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS).

A pesar de la intensidad del movimiento telúrico, no se ha activado una alerta de tsunami en la zona. Más de 75.000 personas han muerto a consecuencia del terremoto del pasado día 12, de 7 grados de intensidad, mientras que cientos de miles se han visto afectados, en la que se considera una de las mayores catástrofes humanitarias de la Historia.

Los sobrevivientes dieron alaridos de terror al temblar la tierra a las 6.03 de la mañana (1103 GMT). Refugiados en campamentos, entremezclados con soldados norteamericanos, huían en busca de campo abierto y nubes de humo se alzaban en la capital.

'Fue como estar sobre una tabla colocada encima de una pelota', dijo el sargento estadounidense Steven Payne, de 27 años, quien se preparaba para repartir comida en un campo de tiendas de campaña con 25.000 víctimas.

El terremoto de la semana pasada dejó unos 200 mil muertos, 250 mil heridos y 1,5 millones desamparados, según la Comisión de Unión Europea. Un colosal esfuerzo internacional de ayuda se ha topado con problemas logísticos, y muchos haitianos aún padecen la falta de agua y alimentos.

Los grupos de rescate mantenían las operaciones, aunque el tiempo se agota para las personas que siguen bajo ruinas y escombros dejados por el terremoto.

Pero las buenas noticias se vieron empañadas por el hecho de que el mundo aún no puede hacer llegar alimentos y agua en cantidad suficiente a los hambrientos.

'Necesitamos tanto. Alimentos, ropa, de todo. No sé quién tiene la responsabilidad, pero deben darnos algo rápidamente', dijo Sophia Eltime, de 29 años y madre de dos hijos, que se refugiaba bajo una sábana con siete familiares.

El Programa Mundial de Alimentos dijo que había distribuido más de 250.000 raciones hasta el martes, que alcanzaron a una minúscula proporción de los 3 millones de personas que se cree necesitan desesperadamente ayuda.

El PMA dijo que necesitará entregar 100 millones de raciones en los próximos 30 días, pero tiene apenas 16 millones listas para enviar.

Los esfuerzos colosales resultan insuficientes debido a la escala del desastre. Las expectativas superan de lejos todo lo que el dinero, la voluntad y el poderío militar han podido lograr.

Hasta ahora los esfuerzos internacionales, desorganizados y descoordinados, no han podido satisfacer las enormes necesidades. Médicos sin Fronteras dice que un avión cargado de equipo quirúrgico y medicamentos fue rechazado cinco veces a pesar de que la agencia había recibido autorización para aterrizar.

Partners in Health (Socios en la Salud) un grupo fundado por el doctor Paul Farmer, de la delegación de la ONU en Haití, dijo en un comunicado que diariamente mueren unas 20.000 personas a las que la cirugía podría salvar.

Los motivos son variados:

Las autoridades nacionales e internacionales sufrieron enormes bajas en el terremoto, entre ellas las de muchos de los líderes más capacitados para organizar una respuesta a la crisis.

La falta de infraestructura y la caída casi total de los sistemas telefónicos y de internet dificultan la comunicación con millones de personas obligadas a abandonar sus viviendas.

El miedo al saqueo y la violencia impiden a los grupos de auxilio y los gobiernos actuar con la rapidez deseada.

La pobreza y desnutrición reinantes antes del sismo agravaron las consecuencias de éste.

Los gobiernos han comprometido casi 1.000 millones de dólares en ayuda, y ya han enviado miles de toneladas de alimentos y medicinas. Pero buena parte de este material permanece atrapado en depósitos o ha sido desviado a la República Dominicana. El puerto bloqueado de Puerto Príncipe y los caminos intransitables dificultan los esfuerzos.

El aeropuerto de una sola pista rechaza los vuelos con ayuda, y se ha criticado a las fuerzas estadounidenses por no dar buena prioridad a los aterrizajes. La Fuerza Aérea de Estados Unidos dijo que elevó la capacidad diaria de la aerostación a 180 aviones, de 30 antes del sismo.

Unos 2.200 soldados estadounidenses establecieron una cabeza de playa al oeste de Puerto Príncipe el martes para ayudar a acelerar el reparto de ayuda, añadiéndose a los 9.000 soldados que ya se encuentran en la zona.

El secretario de Defensa estadounidense Robert Gates dijo que el Pentágono enviará un buque con grúas especializado en la limpieza de puertos para retirar los escombros que impiden el ingreso de grandes barcos.

La ONU también enviaba refuerzos: el Consejo de Seguridad aprobó el viernes sumar 2.000 efectivos a los 7.000 de las fuerzas de paz y 1.500 agentes a los 2.000 de la policía internacional.

Alain Jaffre, del PMA, dijo que la agencia esperaba llegar a 100.000 personas el miércoles. El PMA anunció en Roma que su directora Josette Sheeran se reunirá con sobrevivientes y con funcionarios locales y de la ONU durante una misión de dos días.

Sheeran, quien partirá hacia Haití el jueves, se reunirá también con personal del PMA que perdió sus viviendas o sufrió heridas.

Pero sobre todos estos esfuerzos pende el miedo a que la desesperación de los haitianos desborde en actos de violencia.

'Nos preocupa el nivel de seguridad que necesitamos para nuestra gente cuando estamos distribuyendo' ayuda, dijo Graham Tardif, jefe de misiones de socorros del grupo World Vision. La ONU, Washington y otras organizaciones han expresado los mismos temores.

En ocasiones ese miedo se ha visto justificado. Saqueadores recorrían el centro de Puerto Príncipe el martes, a unas cuatro cuadras del palacio presidencial donde acababan de aterrizar las fuerzas estadounidenses. Cientos de saqueadores se disputaban rollos de telas y otros bienes a golpes de garrote y botellazos.

El geofísico del servicio geológico estadounidense Bruce Pressgrave dijo que nadie sabe si puede haber una nueva réplica aún más fuerte. 'Las réplicas suelen desvanecerse rápidamente', dijo. 'Pero en algunos casos continúan durante semanas, o incluso meses si no tenemos suerte', a medida que la tierra se acomoda a las tensiones provocadas por el temblor inicial.