Han transcurrido ya 86 días desde que el pequeño buque pesquero Lucky Lady desapareciera en alta mar con 18 pescadores a bordo, sin que hasta ahora se tenga un solo indicio confiable de su paradero.
El 20 de julio, cerca de las 3:00 de la mañana., los tripulantes del Lucky Lady hicieron su última comunicación con familiares desde la ruta hacia los bancos de pesca de Rosa Linda, en el mar Caribe hondureño.
Desde ese momento, toda referencia se perdió.Familiares en Balfate, Colón viven una agonía diaria al no saber si sus seres queridos están vivos, a la deriva o sumidos en el silencio de las profundidades.
Hoy casi tres meses después, en la isla de Roatán medios locales aseguran que han aparecido dos hermanos que habrían sobrevivido porque se lanzaron al mar, un día antes de que la embarcación zozobrara.
El comunicador isleño que dio a conocer la noticia, no dio nombres de los jóvenes y dijo que ellos no quisieron hablar en la videollamada que les hizo porque son tímidos y no están acostumbrados a eso. Algunas personas han cuestionado esta información diciendo que se trata de personas que iban en otro barco, no en el Lucky Lady.
La noticia también ya se esparció en las comunidades de Balfate de donde son originarios casi todos los tripulantes del barco desaparecido.
Dayana Domínguez, hermana de uno de los desaparecidos, negó que los muchachos que aseguran haber viajado en el Lucky Lady sean los desaparecidos o vivan si quiera en la comunidad.
En conversación con LA PRENSA, Domínguez lamentó la difusión de este tipo de información. "No, ellos no son de aquí. Ni son ninguno de los que iban en la embarcación. Juegan con la tristeza y el dolor de nosotros", lamentó.
Añadió que las imágenes de los dos marinos que aseguran iban en el Lucky Lady, "no se parecen a ninguno de ellos (los desaparecidos), usted puede ver las fotos de los marinos que usted tiene, no se parecen a ninguno de ellos", recalcó acongojada por la angustia que sigue latente tres meses después de la desaparición del barco.
Búsqueda fue infructuosa
Durante semanas, la Marina Mercante, la Fuerza Naval y otras instituciones desplegaron esfuerzos concentrados en la zona de búsqueda. Sin embargo, lo único recuperado fue sido un aro salvavidas, cuya vinculación con el barco no ofrece mayores certezas.
El 27 de agosto, las autoridades decidieron suspender la búsqueda operativa intensiva y delegar las investigaciones a la Fuerza Naval, en medio de cuestionamientos de familiares sobre la eficacia del rastreo y la ausencia de hallazgos contundentes.
Uno de los puntos que añade suspenso al caso es la no activación de la baliza de emergencia (EPIRB) que debería emitir la posición del barco en casos extremos. Según investigaciones publicadas por la LA PRENSA, uno de los factores que impide localizar el Lucky Lady es la falta de señales electrónicas que orienten a los equipos de rescate.
También se ha informado que el barco podría no haber salido con un zarpe oficial, lo cual complica aún más las gestiones de rastreo y rastreo de responsabilidad. Las familias denuncian opacidad y falta de claridad en las respuestas institucionales.
Días de espera y dolor
Para las familias en Balfate y otros puntos del país, el paso del tiempo no aminora la angustia. Cada día sin noticias agrava el desasosiego: ¿están vivos? ¿fueron víctimas de un siniestro meteorológico, falla mecánica o fuerza mayor desconocida? ¿Por qué no se activaron los sistemas de emergencia?
Ante este panorama, los allegados piden que las autoridades reanuden esfuerzos de búsqueda, esclarezcan el papel de la baliza y den respuestas públicas y urgentes. Hasta tanto ello ocurra, los 86 días que han pasado están cargados de más preguntas que certidumbres — una cifra silenciosa que pesa sobre el alma del Caribe hondureño.
NOTA: Este artículo fue revisado y aprobado por un editor con ayuda de una herramienta de inteligencia artificial.
