¿Por qué no se localiza la baliza que ubicaría al barco Lucky Lady?

Una baliza usa GPS, pero no es solo un GPS. Es un equipo especializado para monitorear y reportar la posición del barco a las autoridades marítimas y su uso en Honduras es obligatorio

Balfate, Colón

Actualmente, en aguas nacionales opera una flota pesquera de 127 buques y embarcaciones dedicadas a la extracción de peces, caracoles, langostas y otros productos marinos en los bancos de pesca de Honduras. Todas, si son legales, son rastreadas en tiempo real por medio de sus balizas.

Una baliza satelital de barco es un dispositivo que incorpora GPS y transmisores, generalmente del sistema AIS (Identificación Automática, por sus siglas en inglés) o sistemas de seguimiento satelital (como Inmarsat o Iridium).

En la normativa de Honduras, específicamente en los acuerdos de la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) , se define la baliza como un dispositivo satelital instalado a bordo de embarcaciones pesqueras e industriales y su uso es obligatorio.

Este sistema sirve para transmitir información vital, principalmente en materia de posicionamiento y monitoreo, particularmente de embarcaciones mercantes o comerciales que flotan en el perímetro de las aguas nacionales de Honduras.

La Ley Orgánica de la Marina Mercante y sus reglamentos establecidos que las embarcaciones pesqueras e industriales deben llevarse instaladas y activas estas balizas de posicionamiento satelital. La única manera de desactivarlas es con autorización expresa de la DGMM; En caso de desconexión o daño del sistema, los responsables podrían enfrentar sanciones.

La DGMM realiza operativos de inspección de balizas en puertos importantes de Honduras, como parte de los controles de seguridad marítima y cumplimiento normativo.

Este componente sería clave para ubicar a los 18 tripulantes del barco Lucky Lady que desaparecieron hace dos semanas, pero justamente la pérdida de este instrumento fue lo que alertó a todo el engranaje del Estado hondureño que la embarcación se había perdido del radar.

En medio de la incertidumbre que rodea la desaparición del barco pesquero Lucky Lady, muchas miradas se han volcado hacia plataformas digitales como VesselFinder, un sitio web que permite mediante pago, seguir la ubicación de embarcaciones en tiempo real.

¿Qué pasó con la baliza?

Han pasado 19 días desde que el barco Lucky Lady dejó de dar señales, y la verdad sigue siendo la misma: el barco está desaparecido y no hay novedad alguna, solo hechos que varias personas, entre ellos funcionarios públicos, consideran "raras".

Según confirmación de familiares de los tripulantes del barco, el Lucky Lady llevaba en alta mar casi un mes antes de desaparecer. Los 18 tripulantes dejaron sus hogares un 18 de junio, y estuvieron dos semanas en Guanaja, Islas de la Bahía, preparando el barco, la carnada e insumos, para luego zarpar.

Extrañamente, fue el 20 de julio que desaparecieron, casi 20 días después de haber dejado a Guanaja atrás.

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Edgar Soriano, director general de la Marina Mercante, hizo un repaso de lo que sucedió el día que el Lucky Lady desapareció.

Lo primero que se supo fue que la baliza, el aparato que transmite su ubicación, se apagó de pronto. En ese momento, se activó el protocolo SAR (Búsqueda y Rescate, por sus siglas en inglés), que establece que se debe contactar al dueño del barco, a quien en el gremio llaman armador.

Él también confirmó que había perdido todo tipo de comunicación con su tripulación. El dueño de la embarcación fue identificado en Balfate, Colón, como Desmondoes Phillips Puerto. El equipo de LA PRENSA lo llamó y escribió por WhatsApp, pero hasta el momento no ha respondido.

Según Soriano, el dueño del barco incluso tenía cámaras instaladas en el barco, pero el acceso a esas imágenes no las tiene la Marina Mercante, ya que lo que ellos manejan es el monitoreo por satélite.

Al confirmar que ni la señal satelital ni el armador sabían nada, se activó el protocolo SAR —un acuerdo internacional para buscar y rescatar personas en el mar—. A partir de ahí, la información pasó a otras instituciones: Fuerza Naval, Fuerza Aérea, Copeco y hasta la misma flota pesquera que faena en la zona. Fue entonces cuando comenzó la búsqueda formal.

La embarcación fue vista por última vez cerca del banco Rosalinda, más de 200 millas náuticas al oriente de Honduras, en el límite con aguas internacionales.

Desde entonces, no hay rastros confiables. Lo único que se ha encontrado son algunos aparejos de pesca flotando, sin nombre, sin señales claras de pertenecer al Lucky Lady. Las partes del equipo de emergencia del barco —como los chalecos y la lancha auxiliar— sí tenían nombre grabado, pero no han aparecido.

Los miembros de las Fuerzas Armadas realizan inspecciones en los barcos pesqueros, ya que la temporada de pesca está en pleno apogeo.

Situación en temporada de pesca

Hay algo que complica aún más el caso: el Lucky Lady salió sin zarpe oficial, un trámite administrativo que no impide la búsqueda, pero que sí complica todo lo demás.

La ley obliga a que las embarcaciones tengan baliza activa, y aunque hay barcos que apagan ese sistema para evitar ser detectados, este caso se ha vuelto extraño por una razón simple: ya han pasado más de dos semanas y no hay rastro de vida ni señal de navegación.

“Nosotros priorizamos la vida humana en el mar”, explicó el funcionario. “El zarpe es un tema administrativo, pero la búsqueda no depende de eso”.

Cuando se le consultó sobre posibles situaciones ilegales en esa zona del Caribe, su respuesta fue clara: “Todo el mundo lo sabe. Esa zona ha estado permeada por tráfico de drogas, personas, animales... a veces incluso incursiones piratas. Las aguas nacionales son el doble de tamaño del territorio continental y no todo se puede vigilar. Hay embarcaciones que no transmiten a satélite, y esas solo se pueden ver por radar. Pero los radares no los manejamos nosotros, eso es tarea del Ejército”, afirmó.

Lo que sí controla la Marina Mercante es la flota legal, la que tiene baliza. Y en su sistema se puede ver el historial completo de movimientos, patentes, permisos, e incluso si un barco tiene antecedentes legales.

Pero cuando una embarcación no tiene baliza o la apaga —algo que algunos hacen para moverse sin ser detectados—, el sistema ya no puede rastrear nada. Esa situación, dice el funcionario, “es complicada... y esto podría pasarle a más barcos si no hay control”.

Sigue la búsqueda

De acuerdo al protocolo SAR, la Marina Mercante es quien envía las coordenadas exactas del último punto de transmisión de la baliza.

“Ese sistema de monitoreo solo nosotros lo tenemos, por eso facilitamos los datos a las otras autoridades”, explicó.

Esas coordenadas fueron clave para que la Fuerza Aérea y la Fuerza Naval trazaran el perímetro de búsqueda en el evento SAR. Ahí comenzó el barrido, con apoyo de embarcaciones navales y también de la flota pesquera nacional, que se unió a la búsqueda por solidaridad. La FAH realizó sobrevuelos en el área.Sin embargo, ya ha pasado mucho tiempo.

“El protocolo SAR sigue abierto”, confirmó, pero agregó que "la verdad es que ya pasaron demasiados días”.

En estos casos, las primeras 72 horas son decisivas. “En ese tiempo normalmente aparecen los indicios, pero aquí lo extraño es que no tenemos ninguno claro... y ya pasaron 17 días (hasta el miércoles 6 de agosto; para este viernes se acumulan ya 19)”.

La Marina Mercante no puede ofrecer conclusiones. Su función, aclaran, es monitorear la flota legal y proteger la vida humana en el mar. Cuando se trata de delitos o situaciones de alto riesgo en alta mar —como asaltos o piratería—, ya entra en juego la Fuerza Naval, la Policía Nacional y el Ministerio Público, luego de que las asociaciones de pescadores presentan las denuncias formales.

Este viernes, 19 días después, el silencio que rodea al Lucky Lady es más profundo. Y cada hora que pasa, ese silencio se vuelve más difícil de ignorar.

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Jessica Figueroa
Jessica Figueroa
jessica.figueroa@laprensa.hn

Periodista de investigación, editora y cronista. Con 22 años en el periodismo escrito y multimedia. Con subespecialidades en diseño y edición gráfica e inteligencia artificial.