Estados Unidos, México y Centroamérica han deportado este año a más de 7,000 hondureños, entre ellos cerca de 1,700 niños y adolescentes, que salieron de su país huyendo de situaciones de violencia y pobreza, 2 de los principales flagelos que afectan al país.
De acuerdo con un informe del Instituto Nacional de Migración (INM), para Honduras, Estados Unidos deportó a 3,818, México a 2,832 y los demás países de Centroamérica a 374, para totalizar 7,024, una disminución del 51,6% frente a los 14,501 casos del mismo lapso de 2022.
A estas deportaciones se suman 84 repatriaciones de otros países de Europa y América del Sur, con lo que el dato general de deportaciones de hondureños llegó a 7,108 y se disminuyó un 51,1%.
Las estadísticas oficiales indican que las deportaciones solo desde Estados Unidos se redujeron un 42,9% frente a los 6,685 casos de los primeros 2 meses de 2022.
En Estados Unidos viven alrededor de un millón de hondureños, entre residentes legales e indocumentados, según autoridades de Tegucigalpa. Las retornos desde territorio mexicano disminuyeron un 62%, en comparación con los 7,442 registros del año pasado.
Los datos recopilados por el INM también dan cuenta de que la cantidad de niños y adolescentes que fueron deportados este año se redujo al pasar de 3,774 en 2022 a 1,697. La diferencia a la baja fue de 2,077 casos, lo que supone una reducción del 55%.
Según organismos de derechos humanos y expertos en temas migratorios, el aumento en la deportación de hondureños refleja que cada vez son más las personas que tratan de llegar de manera irregular hacia Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
Los principales motivos que impulsan los deseos de emigrar de los hondureños son la inseguridad persistente y la disminución del poder de compra de la población, de acuerdo a expertos. Otras causas son la falta de empleo, el impacto de la crisis climática y la reunificación familiar, principalmente en el caso de los menores de edad.
Los que viven en el exterior, principalmente en EE.UU. y España, envían remesas familiares, las que en 2022 superaron los 8,600 millones de dólares millones de dólares, según cifras del Banco Central de Honduras.
Desde octubre de 2018 han salido varias caravanas con miles de centroamericanos, la mayoría hondureños, con el propósito de llegar a Estados Unidos, donde viven más de un millón de connacionales, entre legales e ilegales.