San Pedro Sula, Honduras.
Tienen 31 años de ponerle sabor a los sampedranos en el corazón de la ciudad.
La Corporación Redondel de Artesanos, Comidas Típicas y Similares (Coracts) se ha convertido en la parada obligada de los turistas que buscan degustar los mejores platillos hondureños y adquirir artesanías elaboradas por manos locales.
Memorias
Blanca Sánchez, presidenta del Coracts, recuerda que nacieron un 2 de septiembre de 1984 por iniciativa del Instituto Hondureño de Turismo (IHT) y la Municipalidad sampedrana. Desde ese tiempo cuentan con personalidad jurídica. Comenzaron a vender en el parque central. Ahí promocionaban y vendían los fines de semana. Luego decidieron seleccionar un grupo de señoras expertas en el arte culinario hondureño y la aceptación fue inmediata.
Al empezar la remodelación del parque central fueron trasladados al costado sur de la catedral, adonde permanecieron por 18 años.
El único apoyo permanente que tuvo la Coracts fue el padre Saturnino Senis, ya que los Gobiernos de turno no dieron respaldo. Después recibieron una propuesta de la Municipalidad para reubicarse en el predio donde están ahora.
El proyecto se concretó en la administración de Rodolfo Padilla cuando se hizo la reubicación de vendedores. Desde entonces han logrado con esfuerzo propio levantar la plaza típica y participar en eventos internacionales.
La presidenta menciona que los domingos ofrecen música en vivo y las personas pueden disfrutar una tarde de baile. Además, presentan danzas folclóricas, comidas típicas, artesanías, y han formado parte de la Feria de las Américas en Miami y de la Feria de la Hispanidad en New York.
Hay 60 miembros, cuyo 5% son hombres. Su organización es ejemplar y cuentan con comité de vigilancia, comité de aseo y las reuniones son constantes. Los artesanos luchan cada día por ser mejores y buscan heredar a sus hijos el amor por la cocina y la artesanía catracha que ya ha traspasado fronteras.
Tienen 31 años de ponerle sabor a los sampedranos en el corazón de la ciudad.
La Corporación Redondel de Artesanos, Comidas Típicas y Similares (Coracts) se ha convertido en la parada obligada de los turistas que buscan degustar los mejores platillos hondureños y adquirir artesanías elaboradas por manos locales.
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Más de 60 artesanos ofrecen a los visitantes desde una baleada hasta un tapado olanchano; pero también pueden encontrar desde un dije atrapasueños hasta una camiseta con el estampado del indio Lempira, y por si fuera poco jarrones finamente elaborados. Hay de todo y para todos los gustos, dice Carmenza Ortega, una salvadoreña que disfruta de una baleada acompañada con un refresco de chan.
Más allá una familia busca sandalias de cuero con motivos hondureños para usarlas en Estados Unidos y carteras confeccionadas en talleres artesanales ubicados en el barrio Medina.
 Amigos, familia y parejas aprovechan la tarde de los domingos para bailar.
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Blanca Sánchez, presidenta del Coracts, recuerda que nacieron un 2 de septiembre de 1984 por iniciativa del Instituto Hondureño de Turismo (IHT) y la Municipalidad sampedrana. Desde ese tiempo cuentan con personalidad jurídica. Comenzaron a vender en el parque central. Ahí promocionaban y vendían los fines de semana. Luego decidieron seleccionar un grupo de señoras expertas en el arte culinario hondureño y la aceptación fue inmediata.
Al empezar la remodelación del parque central fueron trasladados al costado sur de la catedral, adonde permanecieron por 18 años.
El único apoyo permanente que tuvo la Coracts fue el padre Saturnino Senis, ya que los Gobiernos de turno no dieron respaldo. Después recibieron una propuesta de la Municipalidad para reubicarse en el predio donde están ahora.
 Una señora llena un vaso con refresco de chan.
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La presidenta menciona que los domingos ofrecen música en vivo y las personas pueden disfrutar una tarde de baile. Además, presentan danzas folclóricas, comidas típicas, artesanías, y han formado parte de la Feria de las Américas en Miami y de la Feria de la Hispanidad en New York.
Hay 60 miembros, cuyo 5% son hombres. Su organización es ejemplar y cuentan con comité de vigilancia, comité de aseo y las reuniones son constantes. Los artesanos luchan cada día por ser mejores y buscan heredar a sus hijos el amor por la cocina y la artesanía catracha que ya ha traspasado fronteras.
 La concurrida plaza se ubica en la 3 avenida entre la 2 y 3 calles noroeste.
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