15/06/2025
08:31 AM

Las alfombras, tradición de medio siglo en Semana Santa

Esta tradición surgió en los años 60 en Comayagua.

Comayagua, Honduras

Ningún versículo de La Biblia las describe; sin embargo, las coloridas alfombras de aserrín se han convertido en Honduras en elementos indispensables para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Una vez que inicia la Cuaresma (el Miércoles de Ceniza), los católicos comienzan a recaudar fondos para adquirir los materiales que utilizan para formar en las calles de las imágenes alegóricas a los diferentes pasajes bíblicos que abordan la vida de Jesús.

La feligresía de Comayagua, Trinidad, Santa Bárbara; Santa Rosa de Copán, Gracias, Lempira; por ejemplo, tendrán alfombras este Viernes Santo en las calles por donde pasará el Viacrucis.

“Nosotros también hacemos alfombras. Los jóvenes las hacen. Es una tradición que se está generalizando”, dijo Nelly Mejía, coordinadora del ministerio de liturgia de la parroquia de Santa Rosa de Copán.

Foto: La Prensa

La Casa de la Cultura y el Museo de Antropología e Historia de Comayagua muestran alfombras.
Comayagua

¿Dónde surgieron las alfombras? Para confirmar su origen, el Museo de Antropología de Comayagua mantiene en una de sus salas una alfombra y los materiales (aserrín, anilina, casulla de arroz y sal) empleados en su elaboración.

Según los registros históricos de ese museo, el 13 de marzo de 1963, Miriam Mejía de Zapata elaboró la primera alfombra de aserrín en el atrio de la catedral.

La alfombra de Mejía consistía en un cuadro que contenía la imagen de un cordero.

Con la alfombra, Mejía pretendía exaltar el nombramiento de monseñor Bernardino Masarrella como obispo de la diócesis de Comayagua.

Mejía, quien ya falleció, unía hojas de papel y formaba un cuadro de hasta 10 metros de ancho por 15 de largo.

Sobre él, hacía una cuadrícula para dibujar una imagen relatada en un versículo bíblico.

De acuerdo con el registro histórico del museo, Mejía “pasaba largas horas de rodillas haciendo el dibujo”.

Esta tradición llegó a Trinidad, Santa Barbara, por ejemplo, donde jóvenes católicos se organizan con muchos meses de anterioridad para recaudar fondos.

“Las colocamos en la calle principal y el Viernes Santo pasamos sobre ellas con el viacrucis”, dijo Carlos Salinas, coordinador de la pastoral juvenil de Trinidad.

Cristo sigue muriendo y Judas está presente

Judas, el apóstol que vendió a Jesús por unas monedas, sigue vivo en los seres humanos que traicionan cuando son tentados por “el poder, el tener y el placer”, según José Antonio Canales, párroco de la Catedral de San Pedro Sula.

¿Qué representa la Semana Santa?

Este acontecimiento marcó la historia de la humanidad. Para nosotros no es un hecho histórico, es presente. Cristo sigue muriendo en las personas que sufren las injusticias. Nosotros celebramos la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Cristo resucitó.

¿Las reflexiones de Navidad y Semana Santa son diferentes?

Claro, porque en Navidad celebramos que el Padre nos dio un regalo: Jesucristo, el salvador, un Mesías que llegó como no lo esperaban. No era guerrero y no llegó con gran estruendo. Nació en un pesebre, hijo de madre y padre sin relevancia política.

¿Usted come carne en Semana Santa?

Soy austero en mis cosas, en mi comida. En esos días recordamos que Jesús sufrió. El ayuno y la abstinencia son parte de las recomendaciones que hace la Iglesia para acercarnos al sufrimiento de Jesús.

¿Qué piensa cuando escucha el nombre Judas?

Representa la traición

Nosotros traicionamos al Señor. Judas no es una figura del pasado. Cuántos no hemos conocido al Señor y a la vuelta de la esquina nuestros actos son diferentes.

¿Cuál es el elemento material que llevan al ser humano a ser un Judas?

Las tentaciones de ese mundo, las mieles de este mundo: el dios poder, el dios tener y el dios placer.