San Pedro Sula, Honduras.
“Creo que no hay ser humano que haya tenido once juicios y que los supere como me ha tocado hasta ahora”, expresó ayer Óscar Kilgore al momento de abandonar el centro penal de El Progreso, donde permaneció parte de los 30 meses que estuvo preso.
El exalcalde de San Pedro Sula logró su libertad luego de que los jueces de la sala 4 del Tribunal de Sentencia lo absolvieran de toda responsabilidad del delito de enriquecimiento ilícito.
Para el tribunal, la Fiscalía de Transparencia y Combate a la Corrupción Pública usó como prueba un informe de auditoría del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) que había prescrito.
La investigación patrimonial que le hicieron a Kilgore la tomaron cinco años después de que había cesado en su cargo como funcionario, lo cual es contrario a lo establecido en la misma ley del TSC.
Con el informe, la Fiscalía quiso demostrar que Óscar Kilgore se había enriquecido con más de cinco millones de lempiras cuando fungió como regidor y alcalde de San Pedro Sula, pero esa pericia fue declarada nula.
Óscar Kilgore recibió el fallo absolutorio la tarde del lunes y los jueces ordenaron su inmediata libertad emitiendo la orden para el director del centro penal de El Progreso.
Pero el exalcalde logró salir libre del penal hasta ayer a las 12:50 del mediodía, pues el área legal tuvo que verificar las medidas que Kilgore tiene en otros procesos.
Las salas del Tribunal de Sentencia emitieron constancias donde establecieron cuáles son las medidas que tiene en los procesos donde ha sido condenado el acusado.
Comenzar de nuevo
“Ha sido una prueba dura en mi vida, pero que me ha fortalecido y me deja sin duda listo para comenzar de nuevo, regresando a la televisión, rehacer mi vida”, expresó Kilgore a los periodistas.
Manifestó que en el presidio se encuentra solidaridad humana como no hay en otros lugares. “Hay gente que cree que se pasa bien en un penal, pero eso no es cierto”.
Kilgore, después de haber tenido un cuarto privado en el recién cerrado penal de San Pedro Sula, pasó a compartir una celda con otros 35 privados de libertad en El Progreso.
Resaltó que sus días en prisión le sirvieron para aprender a vivir, y aunque es una experiencia dura, crea carácter y le sirve a cualquier hombre por salir adelante.
Política
En el campo político, dijo que no se arrepiente de haber sido alcalde, “pero la lucha contra la corrupción la han convertido en una cacería de brujas”.
Óscar Kilgore no descartó volver a la política, pues aunque dijo que nunca le reclamó al Partido Nacional que lo defendiera, nunca dejó de ser miembro de esa organización.
El exalcalde fue acompañado a su salida del penal por su esposa Brenda y su abogado Rubén Solano.
Primeras acciones
Después, en una camioneta blanca se trasladó a San Pedro Sula para recoger en la escuela a su hija de diez años, a quien no había abrazado en los últimos días.
En horas de la tarde llegó a la secretaría del Tribunal de Sentencia, pues en uno de los juicios tiene medidas sustitutivas y debía notificarse en el libro de registro.
Mientras caminaba, ahora como hombre libre en los pasillos de los juzgados, fue saludado por algunas personas que se le acercaban a darle la mano. Durante los procesos de Óscar Kilgore fueron pocos los amigos que se solidarizaron con él en las audiencias, pero recibía visitas en el penal de algunas personas cercanas.
“Creo que no hay ser humano que haya tenido once juicios y que los supere como me ha tocado hasta ahora”, expresó ayer Óscar Kilgore al momento de abandonar el centro penal de El Progreso, donde permaneció parte de los 30 meses que estuvo preso.
El exalcalde de San Pedro Sula logró su libertad luego de que los jueces de la sala 4 del Tribunal de Sentencia lo absolvieran de toda responsabilidad del delito de enriquecimiento ilícito.
Para el tribunal, la Fiscalía de Transparencia y Combate a la Corrupción Pública usó como prueba un informe de auditoría del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) que había prescrito.
La investigación patrimonial que le hicieron a Kilgore la tomaron cinco años después de que había cesado en su cargo como funcionario, lo cual es contrario a lo establecido en la misma ley del TSC.
Con el informe, la Fiscalía quiso demostrar que Óscar Kilgore se había enriquecido con más de cinco millones de lempiras cuando fungió como regidor y alcalde de San Pedro Sula, pero esa pericia fue declarada nula.
Óscar Kilgore recibió el fallo absolutorio la tarde del lunes y los jueces ordenaron su inmediata libertad emitiendo la orden para el director del centro penal de El Progreso.
Pero el exalcalde logró salir libre del penal hasta ayer a las 12:50 del mediodía, pues el área legal tuvo que verificar las medidas que Kilgore tiene en otros procesos.
Las salas del Tribunal de Sentencia emitieron constancias donde establecieron cuáles son las medidas que tiene en los procesos donde ha sido condenado el acusado.
Comenzar de nuevo
“Ha sido una prueba dura en mi vida, pero que me ha fortalecido y me deja sin duda listo para comenzar de nuevo, regresando a la televisión, rehacer mi vida”, expresó Kilgore a los periodistas.
Manifestó que en el presidio se encuentra solidaridad humana como no hay en otros lugares. “Hay gente que cree que se pasa bien en un penal, pero eso no es cierto”.
Kilgore, después de haber tenido un cuarto privado en el recién cerrado penal de San Pedro Sula, pasó a compartir una celda con otros 35 privados de libertad en El Progreso.
Resaltó que sus días en prisión le sirvieron para aprender a vivir, y aunque es una experiencia dura, crea carácter y le sirve a cualquier hombre por salir adelante.
Política
En el campo político, dijo que no se arrepiente de haber sido alcalde, “pero la lucha contra la corrupción la han convertido en una cacería de brujas”.
Óscar Kilgore no descartó volver a la política, pues aunque dijo que nunca le reclamó al Partido Nacional que lo defendiera, nunca dejó de ser miembro de esa organización.
El exalcalde fue acompañado a su salida del penal por su esposa Brenda y su abogado Rubén Solano.
Primeras acciones
Después, en una camioneta blanca se trasladó a San Pedro Sula para recoger en la escuela a su hija de diez años, a quien no había abrazado en los últimos días.
En horas de la tarde llegó a la secretaría del Tribunal de Sentencia, pues en uno de los juicios tiene medidas sustitutivas y debía notificarse en el libro de registro.
Mientras caminaba, ahora como hombre libre en los pasillos de los juzgados, fue saludado por algunas personas que se le acercaban a darle la mano. Durante los procesos de Óscar Kilgore fueron pocos los amigos que se solidarizaron con él en las audiencias, pero recibía visitas en el penal de algunas personas cercanas.
