28/03/2024
12:11 PM

Juan Orlando Hernández y “El Tigre” están en el mismo centro de detención en Nueva York

Ambos seguirán encerrados a la espera de nueva audiencia y juicio en los Estados Unidos.

Nueva York, Estados Unidos.

En un inimaginable e histórico momento que jamás pensaron ocurriría en sus vidas, el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández y el exdirector de la Policía Nacional, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla permanecen recluidos en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn en Nueva York.

Juan Orlando Hernández fue ingresado a este centro poco después de haber llegado a Nueva York y tras desarrollarse la primera audiencia el pasado 22 de abril. Mientras que el exjefe policial entró a este sitio al concluir su primera audiencia este 11 de mayo.

El Centro de Detención Metropolitano se ubica en el vecindario South Slope de Brooklyn, alberga a presos de ambos sexos y está dividido en cuatro secciones de diferentes niveles de seguridad, en función de los delitos de los que se acusa a los detenidos. Es administrado por la Oficina Federal de Prisiones, una división del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

La mayoría de los prisioneros detenidos en MDC Brooklyn está a la espera de juicio en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York. La prisión de Brooklyn también tiene prisioneros que cumplen sentencias cortas.

Es un centro de detención administrativa federal de los Estados Unidos en el vecindario de Sunset Park.

Aunque “El Tigre” Bonilla y el expresidente permanecen en el mismo centro de detención, ambos están separados y en celdas individuales debido a la alta peligrosidad de los internos. Dentro de este centro también existen múltiples restricciones, cuyas condiciones fueron denunciadas recientemente por Raydmon Colón, abogado de Hernández Alvarado, quien argumentó que es un sitio donde existe una “tortura psicológica” y donde tratan al exgobernante como “un prisionero de guerra, sin recibir sol, sin permitirle hacer ejercicio, sin comunicarse con su familia, sin que su abogado lo pueda mirar”.

La defensa del expresidente ha dicho que solicitará pagar una fianza para que este salga de este centro de detención y se defienda en libertad.

El exdirector de la Policía Nacional fue extraditado ayer de Honduras a Estados Unidos, donde deberá responder por las acusaciones de participar en una conspiración para importar cocaína a Estados Unidos.

“El Tigre” está acusado de usar y poseer ametralladoras y artefactos de destrucción, dijo hoy la Fiscalía federal del Distrito Sur de Nueva York en un comunicado.

La directora de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), Anne Milgram, vinculó directamente a Bonilla con el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández.

“El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández no habría llegado al poder y no habría logrado beneficiarse de las ganancias masivas de las drogas si no hubiera sido por su amplia red de sus socios corruptos”, entre los que Milgram mencionó a Bonilla.

Para la directora de la DEA “estos colaboradores, incluido Bonilla Valladares, también utilizaron sus posiciones para traficar con cocaína a Estados Unidos y proteger violentamente a otros traficantes de drogas con conexiones políticas, todo para su propio beneficio personal”.

Según el fiscal general de este distrito, Damian Williams, Bonilla “en lugar de usar su posición de alta responsabilidad como jefe de la Policía de Honduras para combatir el narcotráfico (...) explotó de manera errática su posición para proteger y ayudar a las organizaciones narcotraficantes que estaba obligado a combatir”.

Durante el juicio contra el hermano del expresidente hondureño Juan Antonio “Tony” Hernández, el exalcalde de la localidad hondureña de El Paraíso Alexander Ardón, que compareció como testigo, aseguró que en 2011 “El Tigre” se encargó del asesinato de un narcotraficante por orden de “Tony” Hernández, aunque la orden la dio él. En ese momento, Bonilla el director regional de la Policía.

El exjefe policial fue capturado el pasado 9 de marzo en una estación de peaje en el sector de Zambrano, unos 30 kilómetros al norte de Tegucigalpa. La extradición de Bonilla, que fue acusado en abril de 2020 y solicitado por Estados Unidos en mayo de 2021, fue aprobada por un juez natural de Tegucigalpa el 8 de abril.

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En abril de 2020, el entonces fiscal del Distrito de Manhattan, Geoffrey Berman, indicó que Bonilla jugó un “papel clave en una conspiración internacional de tráfico de drogas”. Dijo además que Bonilla cometió delitos en nombre del exdiputado “Tony” Hernández, quien en marzo de 2021 fue condenado a cadena perpetua más 30 años de prisión, “y de su hermano el presidente”, en referencia al ahora exgobernante Juan Orlando Hernández, entre ellos “el asesinato de un traficante rival”.

La semana pasada, en una carta escrita a mano por Bonilla, expresó: “Ahora que enfrento un proceso penal en el Distrito Sur de la Corte de Nueva York, he sido mencionado injustamente por personas desconocidas que han actuado fuera de la ley para desprestigiar mi honor, familia y ardua carrera policial, solamente pido a Dios que los bendiga por siempre”.

Se sentó ante un juez y se declaró no culpable

Por otro lado, el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández (2014-2022) se sentó ayer martes en un tribunal de Manhattan ante un juez, donde se declaró no culpable de los delitos de tráfico de cocaína y posesión de armas pesadas de los que le acusa el Gobierno de Estados Unidos.

Tan solo tres meses y dos semanas después de que Xiomara Castro tomara posesión como presidenta de Honduras en sustitución de Hernández, el exmandatario se sentó ante un juez, un hecho sin precedentes que ha conmocionado al país.

“No culpable, su señoría”, respondió Hernández cuando el juez Kevin Castel le preguntó sobre cómo se declaraba de los cargos presentados contra él, y esas fueron las únicas palabras que pronunció el exmandatario, quien, como es habitual, dejó a su abogado Raymond Colon que llevara la iniciativa.

En su primera comparecencia en persona ante la justicia en Estados Unidos, adonde fue extraditado el pasado 21 de abril, Hernández apareció vestido con el uniforme de color azul de la cárcel donde espera la celebración de su juicio y ,al entrar en la sala, con mascarilla, sonrió y saludó al público y a la prensa.

El juez adelantó que le gustaría fijar el 17 de enero como fecha para el comienzo de la selección del jurado; mientras tanto, la siguiente audiencia fue fijada para el 28 de septiembre, para dar tiempo a la Fiscalía a reunir las pruebas contra el expresidente y a la defensa para revisarlas.

El pasado 22 de abril, el exmandatario, que ha insistido en su inocencia en innumerables ocasiones, compareció desde su celda por conferencia telemática ante el juez de instrucción Stewart Aaron, que le leyó sus derechos y los cargos contra él.

Hernández, de 53 años, está acusado de tres delitos cometidos supuestamente entre 2004 y 2022: conspiración para la importación de cocaína, posesión de ametralladoras y armas pesadas y conspiración para la posesión de dicho armamento, por lo que podría enfrentarse a cadena perpetua en caso de ser hallado culpable.

En la audiencia de ayer, el expresidente cambió la camisa blanca y la chaqueta azul, con la que apareció por videoconferencia el pasado 23 de abril por el mono de color azul de la cárcel.

Durante el juicio contra “Tony” Hernández, el nombre de Juan Orlando fue citado continuamente y en numerosas ocasiones los fiscales se detuvieron a preguntar a los testigos cuestiones relativas al exmandatario, como un supuesto soborno de un millón de dólares entregado en 2013 por el capo mexicano “El Chapo” para financiar una campaña electoral.

“Hernández usó las ganancias del narcotráfico para financiar su ascenso político y una vez elegido presidente aprovechó los recursos policiales, militares y financieros del Gobierno de Honduras para promover su plan de narcotráfico”, aseguró el pasado 21 de abril la directora de la Agencia Antidrogas de EEUU, Anne Milgram.

Asimismo, los fiscales no han dudado en describir Honduras como un narcoestado y en el proceso contra su hermano “Tony”, Hernández fue señalado como socio de un laboratorio de cocaína levantado en Honduras por Juan Orlando y el narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez, condenado en Nueva York a cadena perpetua.