16/04/2024
08:05 AM

Jóvenes tienen la esperanza de una Honduras próspera

Líderes juveniles dicen que 3.4 millones de pobladores entre 18 y 35 años tienen la capacidad de cambiar el rumbo del país.

SAN PEDRO SULA

Al cumplirse el bicentenario de la independencia del Reino de España, los jóvenes hondureños tienen el poder de librar una nueva batalla para cambiar el destino sociopolítico y económico del país.

Líderes de organizaciones de jóvenes han surgido para proponer soluciones a los problemas.

Entre estas organizaciones destaca El Milenio Honduras, cuyos integrantes están seguros que en medio de la profunda crisis política y económica que atraviesa el país, 3.4 millones de ciudadanos entre los 18 y 35 años (el 36% de la población) tienen la capacidad de cambiar el rumbo con tan solo ejercer sabiamente el sufragio en las elecciones generales de noviembre.

Dennis Emilio Hércules, abogado de 25 años, graduado de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec), está convencido de que Honduras vive momentos aciagos y difíciles a causa de acciones de líderes políticos que han llevado al país desde el 2009 por el camino de la inestabilidad social que desembocó en una crisis económica que se avivó por la pandemia causada por el covid-19 en 2020.

Sin embargo, Hércules considera que este año tienen “una gran oportunidad los jóvenes hondureños: ir a las urnas y votar”

“Es una oportunidad que tenemos una vez cada cuatro años. Siempre resalto un mensaje que utilizaron en España cuando volvió a ser una democracia, a finales de los años 70, decía: Un voto vale más que mil gritos, ahora, diríamos, un voto vale más que mil tweets”, señaló.

Hércules tiene claro que “algunas personas están decepcionadas porque hay muchos corruptos”, pero en este contexto, los jóvenes deben “buscar jóvenes que conozcan la situación anormal a la cual nos enfrentamos” y que ofrezcan propuestas reales de cambio.

“Yo no digo que votemos por los más preparados, porque los más preparados podrían no tener los pies en la tierra. Votemos por personas que llegarán a los cargos públicos para cambiar la situación del país”, dijo al ser entrevistado por Diario LA PRENSA con motivo de la celebración del bicentenario de la independencia.

Hércules, con máster en derecho constitucional del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC) de España y docente universitario, coincide con otros líderes de opinión pública que “Honduras tiene un grave problema, el más grande de todos, su inestabilidad democrática”.

“Si Honduras fuera un país democráticamente estable, de la democracia estaríamos a un paso de una economía que crezca, estaríamos a unos cuantos pasos de un sistema educativo que prepare personas para el mercado laboral del Siglo XXI. Si el resultado de las elecciones no es el que nosotros queremos, si es adverso al resultado que el joven espera, hay que involucrarnos. No vamos hacer nada quedándonos sentados, llorando, tuiteando; hay que educarnos, trabajar e influenciar a otros jóvenes”, opinó.

Hércules, miembro de la organización El Milenio Honduras, dice que en este momento de globalización “hablar de independencia total, como la que se plantearon nuestros próceres, en el Siglo XXI es bastante complicado: las relaciones económicas entre países requieren de una gran interdependencia entre ellos y la injerencia en nuestros países siempre ha existido, lastimosamente. Sacudirla no es algo que se va a hacer en cuatro o diez años”.

“Lo que yo diría que sí es muy importante de cara a los 200 años de independencia, no es una propia lesión per se a la independencia, sino una lesión al principio de soberanía, un principio por el cual nuestro próceres lucharon, un principio por el cual nosotros tenemos el deber cívico de seguir luchando. Este principio de soberanía, la soberanía popular, está siendo amenazado por las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE). Si bien, cabe resaltar, los políticos tienen una obligación de buscar empleos para las personas, deben hacerlo dentro del marco de la Constitución y la ley. La creación de estas zonas no se ajustan con la norma fundamental”, dijo.

Honduras y los países que conforman el Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) celebran el bicentenario de independencia de la corona española, pero después de dos siglos, no todos han logrado una madurez política.

La inclusión es vital. Al igual que Hércules, Andrea Vilchez, de 20 años, directora de proyectos de El Milenio Honduras, le dijo a Diario LA PRENSA que “hay que ser realistas, Honduras está atravesando una crisis social y política, existe alta polarización en todos los ámbitos y no hay consensos entre el Gobierno y los empresarios; como resultado de mal manejo de la pandemia ahora hay falta de empleo y oportunidades”.

Honduras cumple 200 años de independencia y también de vida republicana.

“De cara al 28 de noviembre, en estas democracias, la inclusión de los jóvenes en estos procesos es vital.Es una herramienta para opinar sobre lo que les gusta y no les gusta y decidir sobre quién lo va a cambiar. El joven debe tener una participación activa a través de cualquier organización de la sociedad civil y de manera directa, a través del voto, como un derecho y deber que nos da la Constitución”, destacó.

Para Vilchez, considerando lo que ocurre con las ZEDE, “la clase política está interesada en gobernar para los pocos y no para los muchos. Se les olvidó la búsqueda del bienestar común. Esas son una amenaza para la independencia del país.

La clase política no ha entendido que en Honduras hay suficientes métodos para propiciar empleo, pero buscan alternativas para poner en peligro la extensión territorial, la democracia y la soberanía en este tan lindo país”.

Calidad de vida

David Sandino, manager de programas en Thinkers and Makers (T&M), opina que jóvenes como él tienen el “deber enorme para alinear y potencialmente mejorar la calidad y nivel de vida de los hondureños.

“Estamos cumpliendo 200 años de independencia y en todo este tiempo nuestra región centroamericana no dio los pasos necesarios para que hoy realmente gocemos de una región próspera y sostenible”, plantea Sandino.

A su juicio, “los hondureños estamos llamados a impulsar los cambios que el país necesita, cambios de adopción de tecnología, potenciamiento cultural, negocios éticos, sostenibles, innovadores y una sociedad que compite en el mundo, que no se deja distraer de lo que realmente importa: la oportunidad y prosperidad para la nación”.