Las invasiones en los terrenos de cultivo de caña de azúcar en Coowle, San Manuel, dejarán huella en la economía de la región.
Según los representantes de Fehproca (Federación Hondureña de Productores de Caña de Azúcar), más de 500 personas han perdido su trabajo por no poder ingresar en las fincas que por más de tres meses permanecen tomadas por los invasores de tierra, que a pesar de haber sido desalojados en tres ocasiones por las autoridades han reincidido en tomar por la fuerza el control de los terrenos cuatro veces.
Además, los productores de caña dieron a conocer que las pérdidas y los costos que han causado las invasiones superan los 400 millones de lempiras, pues por el azúcar que no se producirá en 2013 debido a este problema, los productores de caña dejarán de percibir 110 millones de lempiras; para renovar los campos de cultivo y reponer el equipo dañado o robado deberán invertir por lo menos L300 millones.
Esta situación llevó a los cañeros de la zona a enviarle una carta al presidente Porfirio Lobo Sosa para expresarle su preocupación.
“El grado delictivo al que han llegado estos invasores ha creado zozobra en la población del sector y como vulgares ladrones han procedido al saqueo de todo lo que pueden convertir en dinero,
robando en las instalaciones tuberías de riego, fertilizantes, equipos agrícolas, galeras y otros materiales”, manifestaron en el documento.
Daño colateral
“El colmo de esta situación es que estas personas han llegado al extremo de destruir las plantaciones de caña, cortándola y aplicando herbicidas para destruir cualquier posibilidad de que este cultivo vuelva a crecer”, denunciaron en la carta los miembros del Fehproca.
Los invasores mantienen controladas por la fuerza unas tres mil manzanas de tierra usada para el cultivo de caña de azúcar.
Óscar Galeano, expresidente del Cohep (Consejo Hondureño de la Empresa Privada), dijo que el conflicto de invasiones se ha convertido en sinónimo de violencia. “En primer lugar debe haber siempre el principio de respeto a la ley; segundo, debe haber respeto a la propiedad privada, y en tercer lugar hay que proteger a las sociedades productivas, pero por todo lo que está pasando en el país no se ha cumplido ninguno de esos tres requisitos. Eso ha causado gran intranquilidad y zozobra no solo en el agro, sino en otras actividades, pues ya hablamos de invasiones violentas y eso ya es una nueva faceta, así que esperamos que realmente el Gobierno actúe con toda la diligencia y estrictamente apegado a la ley”.
Galeano indicó que hay varias similitudes con el conflicto que ha dejado más de 50 muertos en el Bajo Aguán y el problema de tierras en San Manuel, Cortés, lo cual podría ser una advertencia de peligro.
“Todo parece indicar que el problema en el Valle de Sula va en la misma dirección del que tiene el Bajo Aguán. Si no se le pone un alto a esta situación en San Manuel, puede degenerarse como sucedió en Tocoa, donde las cosas empezaron con un movimiento pequeño y ahora es algo muy grande y con consecuencias para la imagen y la tranquilidad del país”.
A evitar el Estado fallido
“Un país donde no hay respeto por la ley entra en zozobra, especialmente si las instituciones encargadas de impartir y aplicar la ley no lo hacen. Hay que tratar de resolver estos problemas lo antes posible para no terminar siendo un Estado fallido. Al no haber un clima propicio para la inversión no hay nuevos empleos, al no haber nuevos empleos no hay actividad económica y sin eso no hay desarrollo en el país”, declaró el empresario.
Juan Ramón Martínez, exdirector del INA (Instituto Nacional Agrario), dijo que se deben tomar medidas lo antes posible para solucionar las invasiones.
“Nadie vendrá a invertir en un lugar en que los invasores, con alguna simpatía de autoridades irresponsables, se toman tierras que están en proceso de producción.
Creo que esta situación tiene que cambiar ya”.