Un déficit de 400 trabajadores entre motoristas y ayudantes reporta el sector de transporte en la capital Tegucigalpa y San Pedro Sula, al norte de Honduras.
El sector transporte de Honduras está acorralado por la violencia debido al cobro de extorsión, a asaltos diarios en las unidades, a la falta de trabajadores que prefieren migrar a otro país, a los altos costos de mantenimiento, a la competencia desleal y a la disminución de pasajeros en más de un 35%.
El panorama no es nada alentador y con el paso de los años empeora, esto ha obligado a más de 150 empresarios a abandonar el transporte para dedicarse a otro menester o migrar a otro país en busca de mejores oportunidades de vida.
Jorge Lanza, empresario del transporte, conversó con LA PRENSA sobre las dificultades que tienen que enfrentar para seguir operando, en un sector que ya no es rentable y solo sirve para “pasar el día a día”.
“Ayudantes, conductores, personal administrativo y compañeros transportistas se han ido a otro país. Transportistas han vendido sus buses, otros se los han quitado los bancos, familias completas se han ido, unos por amenazas de extorsión y otros porque el negocio no daba”.
Lanza detalló que hay buses parados por falta de conductores y ayudantes, porque no quieren trabajar en un sector gobernado por los grupos delictivos.
Pagan hasta siete estructuras criminales
Hay empresas que están pagando a siete estructuras criminales diferentes, a una cada día de la semana, porque en los últimos dos años han surgido pequeños grupos que también hacen el cobro del mal llamado impuesto de guerra, en donde se destinan más de 250 millones de lempiras mensuales.
“Yo tengo una ruta para la universidad-Kennedy, esa ruta yo la operaba con 15 buses y ahorita, solo tengo cuatro y solo hacen para el combustible y pago del conductor, lo único que queda ahí es para reparar las unidades”, lamentó el dirigente.
La reducción en más de un 35% de pasajeros del transporte en el país, sobre todo en las grandes ciudades, se debe a que con esfuerzo, más personas adquieren un vehículo propio, sobre todo motocicletas, que hay 96,000 más que carros particulares.
A esto, se suma el servicio de taxis llamado Uber, que ha ido ganando terreno, en especial entre los más jóvenes.
En Tegucigalpa y San Pedro Sula, los transportistas reportan un mínimo de cinco asaltos al día en estos meses de noviembre y diciembre.
Unos 500 buses “brujos” o ilegales circulan en el Distrito Central del país a vista y paciencia de las autoridades del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT), causando competencia desleal a los que sí están regularizados, sostiene Lanza.
De forma legal hay inscritos unos 3,700 buses urbanos en las ciudades de Tegucigalpa, La Ceiba, Choluteca, San Pedro Sula-Choloma.
Es una locura los asaltos
Wilmer Cálix, dirigente de transporte, manifestó que los conductores con experiencia no quieren arriesgar sus vidas trabajando en los buses por la ola de criminalidad. Esto se traduce en un importante déficit de 400 trabajadores entre Tegucigalpa y San Pedro Sula.
“Este año ha habido más deserción, se han ido más conductores, ya no es atractivo trabajar en el rubro del transporte por la inseguridad y la ilegalidad, todos los años va incrementando”, dijo Cálix a LA PRENSA.
México, Estados Unidos y hasta Costa Rica son los países elegidos por los trabajadores de transporte para comenzar una nueva vida.
“Ahorita en diciembre es una locura los asaltos, no todas las unidades tenemos cámaras, es bastante”, señaló Cálix.
En los últimos cuatro años estima que han abandonado el negocio entre 150 a 200 transportistas, aunque el número de quienes desean hacerlo es mucho más alto y no lo hacen porque no logran vender las unidades.
Pierden pasajeros
Nelson Fernández Toro, representante del sector transporte en San Pedro Sula, declaró que hay quienes no se han ido del país, pero prefieren buscar trabajo en empresas del sector privado.
En el caso de San Pedro Sula, asegura que está creciendo el Servicio de Transporte Especial (STE), que muchos de ellos no están siendo controlados por las autoridades del IHTT y están compitiendo con las rutas urbanas.
Antes de la pandemia, más de 300,000 sampedranos utilizaban el transporte público, específicamente buses, pero, en la actualidad, han perdido más de 100,000 pasajeros.
Las autoridades policiales aseguran que están realizando constantes operativos para evitar que la ciudadanía sea víctima de asaltos, sin embargo, para los transportistas esto solo podría evitarse con la modernización del transporte público.