Una relativa calma se vive en la aldea Quebrada de Arena, en Tocoa, Colón; sin embargo, el conflicto por la disputa de la tierra entre campesinos de la Plataforma Agraria y pobladores de la aldea persiste.
La Policía Nacional ha tomado el control de la comunidad con intervención permanente en el sector, lo que ha evitado un nuevo enfrentamiento como la que se registró el domingo 2 de febrero, que dejó unos once policías heridos y daños materiales a patrullas.
En los últimos días, han llegado refuerzos policiales a Quebrada de Arena, los que se han ido intensificando y desde el jueves las Black Mamba circulan por las calles realizando operativos. También se mantienen en la zona varios motorizados y un equipo de agentes con especialidad en investigación táctica.
El objetivo de este despliegue policial, según autoridades policiales en el sector, es para ejecutar allanamientos y el decomiso de armas de fuego que los pobladores utilizan durante los enfrentamientos.
Asimismo, evitar que los manifestantes protesten en la carretera CA-13, la que ha estado tomada por varios días interrumpiendo el tráfico vehicular entre las ciudades de Tocoa y Trujillo.

“Nuestra prioridad es mantener y garantizar la tranquilidad en la zona. Lo hacemos para que las personas puedan ejercer sus diferentes funciones. Con ese propósito se hacen estos operativos e identificar personas que tiene órdenes de captura”, dijo Adamín Rodríguez, portavoz policial en Colón.
Los enfrentamientos entre campesinos y pobladores de Quebrada de Arena iniciaron el 24 de diciembre, cuando un grupo, a quienes la Plataforma Agraria tiene identificados como Los Cachos, desplazó a unos 150 socios de la cooperativa Camarones.
Ese día inició con ataques también a campesinos de las cooperativas Tranvío y El Chile. Estos pobladores han tenido protestas casi de manera permanente en la carretera CA-13, a la altura de Quebrada de Arena, obstaculizando el paso vehicular entre las ciudades de Tocoa y Trujillo.