Este martes, Rafael Barahona, comisionado presidente del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT), ha reconocido públicamente un retraso en el pago del bono compensatorio suscrito en abril de 2022, lo que ha generado tensiones y amenazas de medidas de presión por parte de los transportistas.
Barahona explicó que el atraso se debe a problemas administrativos relacionados con la presentación de informes por parte de los concesionarios.
El bono compensatorio, destinado a subsidiar los aumentos en las tarifas del transporte público, tiene como objetivo principal garantizar que las tarifas no excedan los L13 en buses y L20 en taxis, beneficiando así a la población hondureña.
Sin embargo, la demora en su entrega ha suscitado inquietudes entre los transportistas, quienes han amenazado con tomar medidas de presión.
Afirmó que no existe autorización para implementar un aumento en las tarifas o llevar a cabo un paro de labores en el transporte público del país.
También advirtió que aquellos transportistas que decidan llevar a cabo estas acciones se expondrán a sanciones que incluyen la suspensión del permiso de operación y la cancelación del bono.
"Se suspendería el beneficio porque es para prestarle un servicio a la población de manera ininterrumpida y también para garantizarle a la población su libre movilidad, eso está establecido en el decreto (78-2022) que otorga este bono compensatorio en el caso del transporte urbano", dijo el funcionario.

De su lado, el dirigente del transporte Wilmer Cálix recordó que el bono es un subsidio destinado a los usuarios y no a los concesionarios. Argumentó que, según el decreto 78-2022, se acordó la revisión de las tarifas cada seis meses, un compromiso que, según él, no se ha cumplido hasta el momento.
Aclaró que, al menos en Tegucigalpa, no están considerando un "aumento" en la tarifa, ya que el decreto establece que en caso de incumplimiento de acuerdos, el bono se transferirá directamente al usuario y el concesionario podrá cobrar la tarifa "real" en las calles.