Metrosula: ¿solución al caos vial de SPS o un nuevo problema?

Desde hace años la población de San Pedro Sula está clamando por un mejor servicio en el transporte público. Las unidades ya son viejas y están obsoletas, pero, a pesar de la gran cantidad de humo negro que emanan y sin importar cuántos ruidos hagan mientras están encendidos, continúan circulando día y noche por las carreteras de la ciudad.

Los sampedranos, además, se quejan de que los operarios del transporte público tienen prácticas temerarias que ponen en riesgo las vidas de todos los ocupantes y provocan caos vehicular, por ejemplo, pelean ruta con otros motoristas, conducen a exceso de velocidad, hacen virajes prohibidos, se salen de la vía para rebasar y casi siempre van con sobrecarga de personas.

El Instituto Hondureño del Transporte Terrestre (IHTT) es consciente de todos los problemas que envuelven al servicio urbano e interurbano, de modo que, en conjunto con los empresarios del rubro, se jugará todo a una sola carta: la modernización a través del Metrosula.

Se trata de un proyecto integrado con metros, alimentadores, tarjetas prepago, cámaras, y botón de emergencia conectado por GPS a la Policía Nacional con reacciones de 30 segundos donde sea el evento, para darle seguridad a los usuarios.

Se estima que así se sacará de circulación a más de 1,500 autobuses (entre pequeños, medianos y grandes), para dar paso a 560 vehículos articulados que circularán por un “carril exclusivo” en Circunvalación que la municipalidad deberá señalizar. De forma simultánea, unidades más pequeñas trasladarán a los pasajeros a paraderos en el interior de la ciudad.

Este sistema, que costará alrededor de $130 millones, pertenecerá a un consorcio de 48 pequeñas empresas que en la actualidad son dueñas de la flota de buses que circulan por la ciudad. Este grupo de transportistas tiene la posibilidad de asociarse con inversionistas extranjeros para concretar el proyecto que no han logrado durante una década por falta de financiamiento y trabas burocráticas.

“El caos vial tiene razones culturales, pero, también podemos resolverlo con tecnología, por eso estamos impulsando el Metrosula, porque así ya no habrá necesidad de andar peleando línea, se pagará con tarjeta, los motoristas no podrán circular a exceso de velocidad y las sanciones para los infractores se harán de forma automática”, contó Rafael Barahona, comisionado presidente del IHTT.

Barahona manifestó que, si bien van a salir de las calles todos los autobuses de la ciudad, tanto conductores como ayudantes tendrán la oportunidad de ser contratados por Metrosula, además, ganarán un salario fijo, gozarán de Seguro Social y sus horas de trabajo van a estar divididas en tres turnos.

“Es la mejor solución para San Pedro Sula. Esperamos que en septiembre la financiación sea aprobada. Un banco nacional hará un ofrecimiento a los transportistas, cuyo préstamo podrá ser pagado en 10 años. Con Metrosula los pasajeros van a ser tratados con dignidad y el servicio va a ser muchísimo más rentable y eficiente”, dijo Barahona.

“Sí habrá oportunidad de trabajo, pero, para los motoristas que sean certificados, porque de nada nos servirá tener unidades nuevas y con tecnología de punta si quienes los conducen son irresponsables”, agregó.

El Metrosula funcionaría de forma casi idéntica al transporte público de Colombia, con la diferencia de que ahí se llama “Transmilenio” y está en operación desde el 18 de diciembre de 2000. Fue gratuito hasta el 5 de enero de 2001 y a partir del 6 de enero de 2001 fue de pago con una flota de 112 buses.

En las dos últimas décadas, los colombianos han detectado varias ventajas en su sistema de transporte, tales como que los transbordos son fáciles y si los pasajeros necesitan utilizar más de un autobús para llegar a su destino, sólo deberá pagar un pasaje.

También indican que la accesibilidad es más sencilla para las personas con discapacidad y las unidades tienen un carril exclusivo, de modo que los viajes se realizan en menor tiempo.

Pero también hay desventajas y algunas están relacionadas con la generación de tráfico pesado, de modo que, no hay garantías de que Metrosula solucione al 100 por ciento la problemática del caos en las carreteras o en las paradas de buses.

Por ejemplo, en Colombia, debido a que comparte parte de las vías, es susceptible a accidentes y estancamientos con otros vehículos en los cruces. Además, como los autobuses son sumamente pesados, destruyen con facilidad las carreteras que no son aptas para soportarlas.

A raíz de los dos puntos anteriores, otros problemas que existen en Colombia es que los autobuses no siempre pueden mantener su horario exacto de llegada y salida, y cuando llegan a las estaciones, usualmente los pasajeros no son ordenados al entrar y salir por las puertas, porque las unidades no son muy espaciosas y cada uno hace lo que puede para asegurar su cupo.

Por otro lado, los peatones se quejan de que en las estaciones hay recorridos de hasta 500 metros y en las ‘horas pico’ la movilidad no es fluida.

Rafael Barahona no dio una fecha precisa acerca de cuándo comenzará a funcionar el Metrosula en la ciudad, sino que, según mencionó, cuando se apruebe el financiamiento pasarán seis meses más hasta que ese sistema de transporte sea una realidad, de modo que, se espera que en 2024 ya esté operando.

Pero del Metrosula se viene hablando desde el 2017 y continúa siendo un proyecto en papel, aunque, sí es verdad que nunca había estado tan cerca de concretarse como ahora.

Ahora, bien, por muy animados que estén las autoridades y empresarios del transporte, no se sabrá si es la solución al caos vial de San Pedro Sula hasta que esté en funcionamiento, o si, por el contrario, traerá consigo nuevos problemas que habrá que resolver.