El caso de feminicidio de la hondureña Jennifer Alejandra Galdámez (ocurrió el 28 de noviembre de 2021) reactivó una ola de exigencia de justicia durante la última semana tras una acusación del Ministerio Público (MP) en San Pedro Sula.
Roger Enrique Lanza González, su esposo, fue incluido como principal sospechoso en la línea de investigación que se sigue por el caso. Jennifer fue hallada muerta en su vehículo en un bulevar de San Pedro Sula cuando se dirigía hacia su trabajo y, aunque su esposo llegó a la escena e incluso quedó captado llorando por el crimen, los fiscales locales informaron que hallaron indicios que podrían implicarlo como responsable del crimen.
El caso, que volvió a ser trascendente, fue plasmado por Diario LA PRENSA en su edición digital e impresa, a tal punto que las historias publicadas trascendieron a nivel internacional y sumaron, entre todas las exigencias de justicia de diversas organizaciones y figuras públicas, un pedido de justicia de Laura Bozzo, presentadora televisiva peruana que hizo la mayor parte de su carrera en México.
Bozzo, conocida por su programa de telerrealidad, ha utilizado sus cuentas en redes sociales durante los últimos años para condenar y exigir justicia en casos de violencia contra las mujeres. El activismo de Bozzo suele estar encaminado a la exigencia de justicia en feminicidios ocurridos en Latinoamérica.
Mensaje de Laura Bozzo
“Quiero exigir el apoyo de todo mi público de Honduras para que se haga justicia con Jennifer, asesinada hace un año y medio por su esposo que no quería que lo dejara. No podemos tolerar este feminicidios. Alcemos la voz. Cuenten conmigo. Bendiciones”, escribió la peruana en Instagram, acompañado por dos fotografías; una de Jennifer y otra de la nota publicada en la edición impresa de Diario LA PRENSA.
“Ya no, mamá, ya no puedo estar con él. Ya no aguanto”
La joven Jennifer Alejandra Galdámez luchó por mantener su hogar, pero el comportamiento de su esposo Roger Enrique Lanza González volvió insostenible su relación, lo que llevó al hombre a quitarle la vida en su obsesión para que no lo dejara.
En sus análisis, las autoridades policiales tienen perfilado a Lanza como un psicópata que en su obsesión combinado con celos tomó la decisión de estrangular a Jennifer Alejandra el 28 de noviembre de 2021. Al hacer las averiguaciones, los agentes detectaron incongruencias en la versión de Roger Lanza y encontraron otros indicios racionales que lo sindican como el homicida de su esposa, por lo que el Ministerio Público lo acusó en los juzgados.
El cuerpo de Jennifer fue encontrado a la orilla de una de las trochas del segundo anillo afuera de su carro. Una de las situaciones que de inicio dio pie a las sospechas de los investigadores sobre Lanza es que al llegar a la escena del crimen y ser interrogado relató que su esposa salió de su casa en la residencial Casa Maya a eso de las 4:00 am para su trabajo en el aeropuerto Ramón Villeda Morales, donde trabajaba con una aerolínea en atención al cliente. Expresó que se despidieron y ella le dijo que iba tarde.
Al hacer la requisa en la escena del crimen, los agentes de la sección de Homicidios de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) observaron que la mujer estaba descalza y la ropa que andaba puesta no era acorde a la que usaba para ir a su trabajo.
Al entrevistar a los parientes de la joven, estos les dijeron a los policías que cuando Jennifer Alejandra salía a trabajar siempre iba elegante a sus labores porque una de sus costumbres era andar bien vestida y presentable. Las indagaciones de los detectives establecen que Roger Lanza estranguló a Jennifer en su casa, fue a tirar su cadáver al segundo anillo y lo dejó cerca del carro de la víctima y acomodó la escena para hacer creer que a la mujer la habían matado en ese lugar. Otra de las contradicciones de Lanza es que manifestó que su esposa había recibido amenazas de muerte a través de unas llamadas a su teléfono celular, pero resultó ser falso. Una hija especial
La profesora Alba de Galdámez, madre de Jennifer Alejandra, la describió como hija especial y “todo mundo la conocía como una muchacha especial que servía incondicionalmente a las personas”. Jennifer siempre estaba pendiente de sus padres, sus hermanos y sobrinos. Doña Alba recordó que en su trabajo le decían el Ángel del Aeropuerto porque siempre estaba dispuesta a servir a todo mundo. “Nos arrebataron a un ser que nos ha dolido y que nos seguirá doliendo. Es un golpe del cual no nos vamos a recuperar”.
La mamá de Jennifer, con su rostro bañado en lágrimas, dijo que los sueños de su hija siempre fueron tener hijos y criarlos y “ser una mujer emprendedora, y lo demostró porque trabajaba en el aeropuerto en la aerolínea dos días y los otros días se dedicaba a vender mercadería y a luchar por mantener vivo su hogar en medio de cualquier dificultad”.
“Los planes de ella era mantenerse con él, pero llegó un momento que me decía: ‘ya no, mamá, ya no puedo estar con él. Ya no aguanto’. Yo comencé a verla triste y llorando”. La profesora dijo que había inestabilidad en el hogar de Jennifer de parte de Roger “por sus trabajos inestables y mujeres que a ella le contaban, y Jennifer no tenía el valor de decirnos a nosotros que por respetar su hogar nos tuvimos muy al límite de eso”.
Doña Alba refirió que tres días antes de que sucediera el crimen su hija le preguntó: ‘qué tenés, que te veo triste’, y ella me dijo: ‘es que estoy mal, mamá, ya no sé qué hacer’. Yo le dije ‘por qué no lo dejás si es que te sentís tan mal’, y ella me dijo que él la iba ir a buscar donde estuviera y que no la iba a dejar en paz”.
