El exconsejero de Asuntos Económicos y Comerciales de Honduras en Corea del Sur, César Padilla, reconoció públicamente que, en estado de embriaguez, protagonizó un incidente que incomodó a un ciudadano asiático durante un viaje en tren, aunque rechazó categóricamente que se tratara de una agresión sexual.
Padilla brindó su versión de los hechos tras la polémica surgida por reportes en medios coreanos que lo vinculaban con un presunto caso de agresión sexual. El diplomático asegura que la situación fue malinterpretada debido a diferencias culturales y al contexto en el que ocurrieron los hechos.
“No hubo ningún proceso judicial en mi contra en Corea. Hubo una investigación policial, una denuncia, y yo, voluntariamente, unas tres semanas después del incidente, me presenté ante la comisaría de Ulsan, aunque no estaba obligado a hacerlo bajo el Convenio de Viena, para poder aclarar la situación”, relató Padilla.
Según su testimonio, la situación se desarrolló mientras viajaba en transporte público, tras haber ingerido bebidas alcohólicas. Aceptó que estaba ebrio y que actuó de manera imprudente. “Efectivamente, admití que estaba en estado de ebriedad y que no tenía la capacidad de controlar mis acciones. Fue irresponsable haberme presentado en ese estado”, expresó.
De acuerdo con su relato, el roce con el ciudadano coreano se originó cuando, durante el trayecto, comenzó a interactuar con él de forma insistente. “El tren se movía, entonces lo incomodaba porque me le acercaba, hablaba con él, y él estaba incómodo. Luego, al salir, él me jaló del hombro y yo, al quitármelo de encima, en una reacción, le tiré el brazo y hubo un golpe”, explicó.
Sobre los señalamientos de agresión sexual, Padilla fue tajante al desmentirlos y responsabilizó a los medios por replicar lo que consideró una mala traducción. “Ese es un marco que ustedes han creado de manera irresponsable. Ustedes, los medios, antes de decir eso, antes de replicar una mala traducción, deben verificar, porque son periodistas profesionales”, reclamó.
¿Qué pasó con la inmunidad diplomática?
Tras conocerse el escándalo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Honduras anunció el 14 de julio que retiraría la inmunidad diplomática a Padilla, sin embargo, la medida no se materializó antes de su salida de Corea del Sur.
Un medio coreano señaló que el funcionario dejó el país amparado en su estatus diplomático. Por su parte, el vicecanciller hondureño de Asuntos Migratorios y Consulares, Antonio García, explicó que el gobierno decidió removerlo de su cargo y repatriarlo.
“Lo que el gobierno de Honduras decidió fue sacar al funcionario, cancelarle el nombramiento y mandarlo a su casa”, dijo García. Añadió que una vez fuera de Corea, la inmunidad pierde efecto.
“La inmunidad se invoca cuando usted está en el país. Si ya no está en el país, la inmunidad es irrelevante porque usted está fuera de la jurisdicción. La Policía puede seguir con sus investigaciones hasta el final; si quieren, pueden hacer un juicio en ausencia. La justicia coreana puede continuar con su trabajo de investigación”, concluyó.
Aunque el gobierno hondureño tomó acciones administrativas contra Padilla, hasta el momento no se ha informado sobre algún procedimiento judicial internacional en su contra. El caso ha despertado críticas sobre el uso de la inmunidad diplomática y el manejo del incidente por parte de la Cancillería.
“No hubo ningún proceso judicial en mi contra en Corea. Hubo una investigación policial, una denuncia, y yo, voluntariamente, unas tres semanas después del incidente, me presenté ante la comisaría de Ulsan, aunque no estaba obligado a hacerlo bajo el Convenio de Viena, para poder aclarar la situación”, relató Padilla.
Según su testimonio, la situación se desarrolló mientras viajaba en transporte público, tras haber ingerido bebidas alcohólicas. Aceptó que estaba ebrio y que actuó de manera imprudente. “Efectivamente, admití que estaba en estado de ebriedad y que no tenía la capacidad de controlar mis acciones. Fue irresponsable haberme presentado en ese estado”, expresó.
De acuerdo con su relato, el roce con el ciudadano coreano se originó cuando, durante el trayecto, comenzó a interactuar con él de forma insistente. “El tren se movía, entonces lo incomodaba porque me le acercaba, hablaba con él, y él estaba incómodo. Luego, al salir, él me jaló del hombro y yo, al quitármelo de encima, en una reacción, le tiré el brazo y hubo un golpe”, explicó.
Sobre los señalamientos de agresión sexual, Padilla fue tajante al desmentirlos y responsabilizó a los medios por replicar lo que consideró una mala traducción. “Ese es un marco que ustedes han creado de manera irresponsable. Ustedes, los medios, antes de decir eso, antes de replicar una mala traducción, deben verificar, porque son periodistas profesionales”, reclamó.
¿Qué pasó con la inmunidad diplomática?
Tras conocerse el escándalo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Honduras anunció el 14 de julio que retiraría la inmunidad diplomática a Padilla, sin embargo, la medida no se materializó antes de su salida de Corea del Sur.
Un medio coreano señaló que el funcionario dejó el país amparado en su estatus diplomático. Por su parte, el vicecanciller hondureño de Asuntos Migratorios y Consulares, Antonio García, explicó que el gobierno decidió removerlo de su cargo y repatriarlo.
“Lo que el gobierno de Honduras decidió fue sacar al funcionario, cancelarle el nombramiento y mandarlo a su casa”, dijo García. Añadió que una vez fuera de Corea, la inmunidad pierde efecto.
“La inmunidad se invoca cuando usted está en el país. Si ya no está en el país, la inmunidad es irrelevante porque usted está fuera de la jurisdicción. La Policía puede seguir con sus investigaciones hasta el final; si quieren, pueden hacer un juicio en ausencia. La justicia coreana puede continuar con su trabajo de investigación”, concluyó.
Aunque el gobierno hondureño tomó acciones administrativas contra Padilla, hasta el momento no se ha informado sobre algún procedimiento judicial internacional en su contra. El caso ha despertado críticas sobre el uso de la inmunidad diplomática y el manejo del incidente por parte de la Cancillería.