09/12/2025
02:16 AM

El narcotráfico y la corrupción amenazan la democracia

  • 18 mayo 2013 /

Al cierre de la asamblea de Redlad concluyeron que en Honduras no existen garantías para el periodismo.

El creciente narcotráfico, la violencia, la corrupción, el afán continuista y perpetuidad en el poder, con gobiernos totalitarios, son factores críticos que dañan la salud del considerado mejor sistema político: la democracia.

La alerta se expuso en la III Asamblea de la Red Latinoamericana y del Caribe (Redlad) que concluyó ayer en la capital. Bajo el lema “Una democracia incluyente” se desarrolló el cónclave regional con la participación de expertos.

Uno de los temas destacados ayer en las mesas de trabajo fue el de la calidad de la democracia en América Latina. En el evento se dejó claro que la democracia tiene los mecanismos y capacidades de resolver los problemas de los habitantes de un país.

La calidad de la democracia debe ser vista no solo desde el proceso electoral, sino desde la calidad de sus resultados.

“En la medida que la promesa democrática dé mejor calidad de vida, mayor seguridad, más empleo, que son los fines de la vida, en la medida que sean cumplidos, la democracia se va a fortalecer”, manifestó Álvaro Briceño, quien tiene doble nacionalidad, venezolano-canadiense, y representa a la organización Acción Urgente para la Democracia y los Derechos Humanos.

Si no responde a lo que la gente quiere, habrá riesgos y problemas, vaticinó Briceño, quien coordinó la mesa de trabajo sobre calidad de la democracia. Existen problemas serios como la violencia, que, si no se resuelve, el Estado de derecho no podrá funcionar. “Decir que hay democracia en los sitios donde hay narcotráfico o las bandas criminales son los que mandan, eso no puede ser”, expresó.

La idea está en que la democracia tenga los mecanismos y capacidades de resolver los problemas.

“Algunos problemas que no se resuelven pueden pasar de ser crónicos a ser agudos, a tal punto que puedan llevarse todo por delante; es el caso de los Estados fallidos, que no responden al resolver problemas que se convierten en terribles, como el narcotráfico y la violencia sistematizada y generalizada, la corrupción. Todos estos problemas minan la base de la democracia. Es obvio que los demócratas inteligentes tienen que hacer un esfuerzo importante para resolver esos problemas mortales para la democracia”.

Este sistema político no solo tiene la finalidad de elegir a los representantes del pueblo, sino de satisfacer las necesidades de la población. “Para eso está la democracia, para resolver los problemas de la gente”. En la democracia existen seis indicadores por valorar: alternabilidad en el ejercicio del Poder Ejecutivo, separación de poderes, sistema judicial, electoral, medios de comunicación y derechos humanos.

Para el caso hay países en que existe irrespeto, donde a diario se piensa “que sus gobernantes quieren perpetuarse en el poder”.

La democracia debe medirse con base en sus resultados, diferentes en cada país.

Para el caso dijo que, en seguridad, en Canadá es muy raro ver a un militar en las calles. Todo lo contrario sucede en países como Venezuela, Honduras o Guatemala.
Periodismo sin garantías

La mesa de diálogo “Libertad de expresión y periodismo bajo amenaza”, desarrollada en la III Asamblea Redlad, concluyó que en Honduras no existen garantías para el libre ejercicio del periodismo.

“Basta con que a un ciudadano o un periodista se le violenten sus derechos para hablar de que existen problemas en la libertad de expresión y de prensa”, señalaron los panelistas.

En el panel donde participaron expositores nacionales e internacionales se analizaron varios aspectos relacionados con el ejercicio del periodismo en América Latina.

Allí quedó estableció que en el ejercicio de la profesión “no hay garantías no solo en Honduras, sino en casi todo el continente”.

También se analizó la censura, que está provocando pesos y contrapesos que son factores fundamentales para el desarrollo de la democracia de cada uno de los países de la región.

Hay preocupación

Mauricio Alarcón, expositor de Ecuador, explicó que en América Latina “hay una situación muy preocupante” no solo por los riesgos que corren día a día los periodistas y comunicadores al ejercer su profesión, sino también “por la inacción de las autoridades” para llevar a cabo medidas de protección y garantías para el ejercicio del periodismo.

“Jamás podemos esperar que sean 30 o 40 periodistas asesinados para decir algo pasa aquí o que sean uno, dos o veinte medios cerrados para decir que hay problemas con la libertad de prensa”, explicó.

“Basta que uno solo ocurra en materia de un caso de vulneración de derechos para hablar de un problema. En Honduras no solo es uno, sino que son varios”.

Honduras es uno de los países con más medidas cautelares

“Hay una amplitud de desafíos en derechos humanos”.

Esa es una de las conclusiones que dio a conocer Tracy Robinson, miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington.

La funcionaria participó en una mesa de diálogo donde se habló de derechos humanos en la III Asamblea Redlad desarrollada en Tegucigalpa.

Al consultarle qué percibe en Honduras en cuanto a derechos humanos, comentó: “La impunidad es un tema muy importante, al igual que el proceso judicial y el debido proceso de justicia es muy importante”.

También se le consultó cuántos casos de Honduras están en proceso de pasar a la CIDH y comentó que recientemente se remitió un caso de garífunas.

“Es un caso que la Comisión ha decidido transmitir a la Corte y hay otros casos que están en estudio”.

En cuanto a las medidas cautelares, Robinson dijo: “Honduras es uno de los países que tienen mayor número de medidas cautelares. Hay un conjunto de 80 medidas cautelares en su conjunto enviadas al Estado de Honduras y están en materia de seguimiento con independencia de los casos”.

Sobre el mismo tema, Emilio Álvarez Icaza, director ejecutivo de la CIDH, dijo que están interesados en trabajar en el tema porque existe preocupación por la tendencia en el alza de la violencia y la legitimación grave por parte de la autoridad al no investigar.