18/04/2024
01:03 PM

En secundaria hay 22,878 alumnos mayores de edad

  • 09 septiembre 2018 /

La Ley Fundamental de Educación dice que la edad máxima para estar en secundaria es 17 años, pero esto no se cumple en educación media

    Tegucigalpa, Honduras

    Aunque la ley impide que jóvenes mayores de edad cursen estudios en la jornada matutina y vespertina, la realidad es otra en el sistema educativo.

    Datos del Sistema de Administración de Centros Educativos (Sace) revelan que 22,878 estudiantes mayores de edad comparten salones de clases con estudiantes menores de edad.

    La Ley Fundamental de Educación Nacional detalla en su capítulo II que la edad máxima para estar en el sistema educativo es 17 años. Las personas que no lograron ingresar en la edad que corresponde deben estar en programas educativos alternos para adultos.

    A pesar de esta normativa siempre hay personas mayores matriculadas en las jornadas matutina y vespertina, cuando según la ley deben estar en programas educativos que se adecuen a sus edades o en la jornada nocturna.

    Belinda Barjum, experta en enseñanza de adultos, comentó que “es de mucha importancia dividir la educación para adultos a la tradicional por el hecho que son diferentes los enfoques, son personas con diferentes problemas a los que puede tener un niño o adolescentes”.

    Según los datos a los que se tuvo acceso, hay alumnos mayores de edad matriculados desde séptimo grado hasta último de diversificado. En el grado donde más se acentúa la matrícula de estudiantes mayores de edad es en décimo, con 5,540 alumnos en este año. “La educación de un adulto debe ser aprender-haciendo, muy diferente a la de un adolescente al que se le da el material y él debe prepararse para un examen”, detallo Barjum. En Honduras hay programas especiales para la educación de adultos: el Programa de Alfabetización y Educación Básica de Jóvenes y Adultos de Honduras (Pralebah), Programa Nacional de Alfabetización (PNA), Centro de Cultura Popular, entre otros.

    Barjum explicó que “se corre el peligro de que los adolescentes sean influenciados por las personas adultas”.