Desde el corazón de Beijing hasta el devastado suroeste del país, China observó ayer tres minutos de silencio que dieron comienzo a tres días de duelo nacional por las víctimas del sismo, cuyo número asciende ya a 71 mil entre muertos, desaparecidos y sepultados.
A las 2.28 de la tarde en China, hora en que una semana antes se había producido el devastador terremoto, sonaron las sirenas de todo el país marcando una pausa en la frenética actividad de las grandes ciudades. En Beijing, miles de personas, muchas de ellas vestidas de negro, se congregaron en la plaza Tiananmen enarbolando banderas y coreando eslogan de apoyo a las víctimas, mientras se paralizaban los intercambios en la Bolsa.
Homenaje
En la ciudad de Dijiangyan, devastada por el sismo, 60 familiares de niños que murieron pusieron velas e incienso ante las ruinas de una de las miles de escuelas derrumbadas. Soldados chinos habían izado la bandera nacional para dejarla después a media asta, según imágenes transmitidas por la televisión.
También se paralizó la bolsa de Hong Kong, mientras los jugadores en los casinos de Macau congelaban las apuestas. El duelo oficial llega en momentos en que los esfuerzos de socorro se ven dificultados por las réplicas del terremoto y los deslizamientos de tierra, que en los últimos tres días sepultaron a más de 200 socorristas.
Luto y dolor
Miles de chinos respetaron el duelo
Es la primera vez que se observa un duelo nacional debido a un desastre natural.
Socorristas empiezan a cansarse
Los rescatistas están agotados debido a las largas jornadas laborales.