A la 1:26 pm llegaron los primeros camiones del Ejército a la cárcel de máxima seguridad El Pozo con los nuevos inquilinos que desde ayer lo habitan.
Más de 50 camiones, además de patrullas, motocicletas y ambulancias se desplazaron desde el viejo penal ubicado en el barrio Cabañas de San Pedro Sula al municipio santabarbarense con los 755 integrantes de la pandilla 18 y la Mara Salvatrucha (MS-13).
Los primeros en ser llevados a la cárcel de máxima seguridad fueron los mareros de la MS-13.
Posteriormente los pandilleros de la 18. Mientras los vehículos con los privados de libertad transitaban por el bulevar del sur, sus familiares salieron a la orilla a decir adiós a sus parientes.
El presidente Juan Orlando Hernández ordenó el traslado de los pandilleros como parte del reordenamiento del sistema penitenciario.
Los primeros camiones llevaron a los miembros de la Mara Salvatrucha. El segundo convoy ingresó a la cárcel con los pandilleros de la 18, quienes gritaban con orgullo “somos 18”.
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En cada camión fueron puestos 20 pandilleros inmovilizados de pies y manos, debidamente custodiados y escoltados.
Retenes
En la carretera que desde la Capital Industrial conduce a Santa Bárbara fueron colocados retenes conformados por miembros del Ejército y de la Policía Nacional. Unos 4,000 agentes fueron desplegados por las dos carreteras que conectan el departamento de Cortés con Santa Bárbara, quienes revisaron vehículos y pidieron documentos a los conductores. La misión fue catalogada de alto riesgo por las autoridades debido a la peligrosidad de los reclusos que se trasladaron.
Los mareros que fueron llevados a la cárcel de máxima seguridad eran los que ordenaban extorsiones, secuestros y asesinatos desde el penal sampedrano, según informaciones de los cuerpos de Inteligencia del Estado. Mientras los convoyes militares llegaban con los temibles antisociales, los anillos de seguridad en El Pozo eran impenetrables.
Una vez que ingresaron los privados de libertad fueron entregados a las autoridades penitenciarias, quienes siguieron los protocolos de seguridad respectivos.
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Una vez que ingresaron los pesados automóviles a la cárcel, cada grupo de privados de libertad fue entregado a las autoridades del Instituto Penitenciario, donde se siguieron todos los procedimientos de registro y control para su ingreso. Como parte de las normas a cumplir, cada reo recibió su overol como uniforme, el cual es de uso obligatorio en virtud de que no tendrán más acceso a sus prendas personales.
Los uniformes son anaranjado para máxima seguridad, azul para mediana seguridad y verde para mínima, según informó Casa Presidencial.
Curiosidad
Los conductores de los automóviles particulares que transitaban por la carretera frente a la cárcel se mostraron asombrados ante el gran despliegue de seguridad y se preguntaban qué ocurría.
Algunos de los curiosos sacaron sus celulares para filmar lo que acontecía.
Los pobladores de Ilama se mostraron sorprendidos por la cantidad de presos que fueron trasladados desde San Pedro Sula. No llegaron parientes de los trasladados.