Washington, EEUU.
El despliegue de militares estadounidenses en la frontera con México iniciado en abril pasado por el presidente, Donald Trump, podría costarle al Gobierno más de 200 millones de dólares para finales de este año, según un análisis publicado ayer por el diario The Washington Post.
Trump aseguró esta semana que podría elevar el número de militares desplegados a hasta 15,000, un contingente equivalente al que EEUU tiene en Afganistán, para hacer frente a las dos caravanas con miles de migrantes centroamericanas que cruzan México hacia el territorio estadounidense.
Según el Post, que cita datos del Pentágono y estimaciones de expertos en el presupuesto de Defensa, el costo de más de 200 millones podría alcanzarse si los militares siguen en la frontera a finales de año, y aumentar “significativamente” si la misión se extiende durante 2019.
La cifra es relativamente pequeña en comparación con el presupuesto anual del Pentágono, de 716,000 millones de dólares, pero puede desequilibrar las cuentas en un momento en el que la Casa Blanca quiere que el Departamento de Defensa reduzca sus gastos en 33,000 millones para el año que viene.
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Estados Unidos ya tiene desplegados en la frontera a unos 2,100 reservistas de la Guardia Nacional y ha gastado ya 103 millones de dólares en mantenerlos desde el comienzo de su misión en abril pasado hasta finales de septiembre, según datos del Pentágono.
Mantener allí a esos reservistas hasta septiembre de 2019, algo ya autorizado por el Departamento de Defensa, costará unos 308 millones de dólares, según proyecciones de esa agencia.
Esta semana, el Gobierno de Trump anunció el despliegue de 5,200 militares en la frontera, que en ese caso son integrantes activos de las Fuerzas Armadas y no reservistas, lo que rebaja el costo para las arcas estatales porque no requieren pagos adicionales.
Si el contingente de militares en activo se elevara hasta ocho mil, el costo de mantenerlos hasta mediados de diciembre de este año sería de hasta 50 millones, mientras que si fuera de 15,000, la factura ascendería a hasta 110 millones, según los cálculos del independiente Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias.
Migrantes de la caravana buscan a como dé lugar llegar a EEUU.
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Sumados a los más de 150 millones que costaría tener en la frontera a los reservistas de la Guardia Nacional hasta fin de año, la factura total superaría los 200 millones.
No obstante, Trump ha delineado sus planes en un contexto electoral, previo a los comicios legislativos del próximo martes, por lo que no está claro si mantendrá en pie esa escalada militar en la frontera una vez que pase la cita con las urnas.
A las caravanas de migrantes, que transitan por México a pie, les quedan aún varias semanas para llegar a la frontera sur de Estados Unidos, según la mayoría de las estimaciones.
Divididos, pero no se detienen.
La primera caravana migrante, integrada en su mayoría por hondureños, partió ayer hacia la localidad de Isla, en el estado mexicano de Veracruz, aunque muchos de ellos prefirieron seguir su camino al estado de Puebla, cercano a Ciudad de México.
Los migrantes salieron durante la mañana de la localidad de Sayula rumbo a Isla, en Veracruz, después de que las autoridades locales cancelaran el transporte para trasladarlos a Ciudad de México.
El viernes, el Gobierno estatal les había ofrecido transporte hacia Ciudad de México, en donde planeaban pedir documentos para poder transitar hasta la frontera con Estados Unidos.
Sin embargo, más tarde, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, dijo que ante los cortes de agua que se viven en Ciudad de México buscarían llevarlos a una ciudad grande del estado. “Una ciudad grande, donde podamos tener instalaciones adecuadas que les den sobre todo seguridad”, dijo el gobernador de Veracruz, un estado golpeado por el crimen organizado.
Soldados de EEUU montando carpas a la espera de las caravanas de migrantes.
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Rumbo a Pijijiapan.
Mientras tanto, la segunda caravana de migrantes, que ingresó a México el lunes, partió ayer de Mapastepec rumbo a Pijijiapan, en el sureño estado de Chiapas. Este grupo va acompañado del dirigente de la organización Pueblos sin Fronteras, Irineo Mujica, quien organizó a las familias para que abordaran con orden vehículos de transporte público, particulares y de carga.
Mujica dijo que el éxodo migrante es un calvario, aunque dijo estar contento “porque la población de México los ha acogido, les ha dado comida, los ha curado”.
Añadió que la primera y la segunda caravana se reunirán en Ciudad de México, aunque no hay un día previsto para el encuentro. A ambos grupos los separan aún unos 400 kilómetros.
“La intención es alcanzar la otra caravana y llegar a la Ciudad de México, donde se buscará sacar un acuerdo que sea sensible y que sea para el bienestar de todos los inmigrantes”, dijo Mujica.
La tercera caravana, que cruzó el viernes el río Suchiate, que divide a México y Guatemala y que está integrada por unas dos mil personas, permanece en la localidad de Metapa de Domínguez, sobre la carretera que lleva a Tapachula, en Chiapas.