Los productores independientes de banano del valle de Sula esperan que la temporada de huracanes del Atlántico no sea tan agresiva para que sus plantaciones se mantengan a salvo.
Los bananeros, que sufrieron pérdidas millonarias por las inundaciones causadas por Eta y Iota en 2020, dicen que no les queda más que tener fe y guardar esperanzas porque el valle de Sula sigue siendo una región vulnerable.
Tras las tormentas Eta y Iota (noviembre de 2020), los gobiernos de Juan Orlando Hernández y Xiomara Castro invirtieron en cerrar boquetes y reparar los bordos afectados por las inundaciones causadas por esos dos fenómenos. Sin embargo, los productores de banano creen que el sistema de protección sigue siendo débil.
Maynor Velásquez, gerente de la Asociación de Productores Bananeros Nacionales (Aprobana), explicó a Diario LA PRENSA que alrededor de 350 hectáreas de banano están en riesgo, solo en un punto de las riberas del río Ulúa, en San Manuel, Cortés, debido a que el sistema de protección aún presenta debilidades.
“Reconocemos que estamos mejor que antes. El año pasado, entre abril y mayo, repararon el bordo del río Ulúa en Santiago, pero dejaron inconclusos los trabajos; no hicieron las escolleras de piedra para proteger los bordos”, dijo.
Las plantaciones de banano que podrían quedar inundadas en caso de que las lluvias desborden los ríos se encuentran en el margen izquierdo del río Ulúa: las fincas Rifaza, Olmos, La Esperanza y Guadalupana, según Velásquez.
Dado que, después de Eta y Iota, no vieron que el gobierno realizara obras de mayor envergadura para proteger el valle de Sula, muchos productores decidieron abandonar la producción de banano, lo cual se ha reflejado en la disminución de cajas exportadas.
Exportaciones de banano
En 2019, antes de que Eta y Iota destruyeran las plantaciones, Honduras exportó más de 30.1 millones de cajas de 40 libras, que generaron más de $478 millones.
En 2024, el país envió al mercado internacional más de 26.4 millones de cajas, por las cuales captó más de $506 millones, gracias a un mejor precio promedio ($19.11 por caja), de acuerdo con cifras del Banco Central de Honduras (BCH).
Óscar López, quien ahora se dedica a otros cultivos agrícolas, dijo a Diario LA PRENSA que “los bananeros independientes que han quedado son pocos y siguen arriesgando sus inversiones, a pesar de que el valle de Sula sigue sin la protección necesaria para evitar que las plantaciones se inunden”.
“El gobierno anterior no nos apoyó nunca. Fuimos varias veces a Tegucigalpa y nunca tuvimos una respuesta. Por ese motivo, nos tocó alquilar unas 200 manzanas de tierra a la compañía azucarera”, agregó.
López y otros productores de Higuerito, ubicado en Yoro, renunciaron a la producción de banano al sentirse desprotegidos y sin apoyo financiero de los bancos debido al alto riesgo que conllevan sus inversiones.
“En Higuerito seguimos bajo amenaza porque estamos entre dos ríos, el Humuya y el Blanco, y no todos los bordos están en buen estado”, advirtió.
Productores de San Manuel son del criterio que el Gobierno todavía tiene tiempo para concluir las reparaciones en el margen izquierdo del río Ulúa en Santiago.